Juan María Nin presidirá Morabanc

González culminará entonces una etapa que se inició en 2014, cuando asumió el cargo de consejero delegado en la entidad del Principado. Puso en marcha un plan estratégico que marcó la última gran transformación del grupo financiero. La buena marcha de esta hoja de ruta le permitió marcar un hito en 2018, cuando se convirtió en el primer presidente ejecutivo del grupo ajeno a las familias fundadoras. Sustituyó a Jordi Mora Magriñà, otro histórico directivo del banco. Tres años más tarde, su salida será pactada y ya ha comentado en círculos andorranos su deseo de regresar a Madrid.

La entidad andorrana ultima el fichaje del directivo que fue exdirector general de La Caixa / CG

Presidente no ejecutivo

Los Aristot y los Mora --representados por Oscar Aristot, Marc Mora Guerín y Francesc Xavier Maymó (por los Mora-Sagués) en el consejo de administración-- han decidido que es el momento de marcar otro cambio de rumbo en Morabanc, cuyos portavoces han declinado hacer comentarios al respecto. Las fuentes consultadas señalan que Nin cumpliría el perfil que se busca para su primer directivo. No es el único nombre que estaba en el proceso de selección que, formalmente, culminará en mayo. Con todo, la decisión parece que está tomada.

Pedro González Grau, presidente de Morabanc en una imagen de archivo de la entidad / CG

El accionariado apuesta por una presidencia con un perfil más institucional para la nueva etapa, y para ello se requiere de una figura con un conocimiento amplio del sector y con un reconocimiento público. Características que cumpliría el abogado y economista de 68 años.

Cambios en Morabanc

Los Mora y los Aristot valoran que se necesita de un directivo como Nin para ampliar su negocio actual. González ha pilotado el banco en una etapa convulsa, con la pérdida del secreto bancario en Andorra y la transformación que implicó para el sector financiero, que representa casi el 20% del PIB del territorio.

Cuatro de los cinco bancos que operan en el territorio --la filial de Banco Sabadell es un caso distinto-- se tuvieron que adaptar a la banca comercial. Aprovecharon todo el know how que habían acumulado a lo largo de los años para ofrecer los mejores servicios en la gestión de grandes capitales y buscar cómo operar más allá de sus fronteras. La banca privada aún es lo más fuerte del país, indican otros interlocutores del sector. Con todo, el contexto económico les ha ido en contra.

Cambios en la banca y crisis del coronavirus

El sector financiero sufre desde hace años las consecuencias de la política de tipos de interés bajos marcados por el Banco Central Europeo (BCE), que en pro de la reactivación ha llegado a permitir el intercambio en negativo. A esta transformación general se le suma la casuística andorrana, que requiere otro tipo de adecuación, y la presión ligada a la eclosión de otro tipo de grupos, los llamados Fintech, que obligan a mejorar las plataformas tecnológicas.

La crisis del coronavirus ha sido la guinda de este período de transición iniciado por la banca del Principado para adaptarse a una nueva realidad. Andorran Banking ha anunciado que las cinco entidades del país han cerrado 2020 con unos beneficios agregados de 84 millones de euros tras realizar unas provisiones extraordinarias de 33 millones. Cifra que dista de forma considerable de los 112 millones de euros del ejercicio precedente, donde los grupos se apuntaron un avance mínimo de tan solo 12 millones.

Futuro de la entidad

En cuanto Morabanc, cerró el ejercicio 2019, el último con datos publicados, con un resultado de 25,1 millones en positivo, cifra que implica un avance del 4,49% respecto al ejercicio anterior. El nombre del grupo ha sido una constante en las grandes operaciones corporativas necesarias en la región. Por ahora, ha conseguido consolidar estas cifras y evitar ser absorbido por algún otro banco andorrano o extranjero.

Tras la próxima junta de accionistas se abre un nuevo capítulo en el que se deberá definir el futuro del grupo.