La constructora Sin-Tec se hunde en la insolvencia
La firma ha trabajado en las obras de varios hoteles de Palma de Mallorca
30 marzo, 2020 00:00La compañía Sincronización Técnica, conocida en el mercado como Sin-Tec, ha instado un concurso de acreedores en las islas Baleares. El juez Javier Ramírez de Verger Vargas, del Juzgado Mercantil número 2 de Palma, ya ha admitido a trámite el expediente de suspensión de pagos.
El balance de la empresa suma unos 6 millones de activo. El pasivo se cifra en 5 millones. La plantilla está formada por 60 personas
Repertorio hotelero
Sincronización Técnica se fundó en 2008 y tiene su cuartel general en Inca. Su evolución en los últimos años ha sido vertiginosa. En apenas tres ejercicios las ventas pasaron de 4 a 13 millones gracias a la consecución de numerosos contratos con cadenas hoteleras.
La firma ha participado en la construcción de numerosos establecimientos de la isla, entre ellos Marshes Sea Club, L'Illot Park, Cala Pada, Sky Bel Mallorca, Marina Pax, BH Mallorca, Bellevue Vistanova, Carema Siesta Playa y Lagomonte.
Expansión truncada
Sin-Tec cuenta con una delegación en Marbella. Además, en breve tenía previsto dar el salto a las Islas Canarias. Pero tras el tropiezo del concurso de acreedores la expansión se ha pospuesto hasta nueva orden.
Guillermo Torrens Truyol es el administrador de la entidad desde su fundación.
Fallido del hotel Cervantes de Jaén
El sector hotelero está azotado por una crisis nunca vista, que dejará grandes secuelas. Todos los establecimientos de España se han visto obligados a desalojar sus dependencias y echar la persiana, debido a la pandemia del coronavirus.
En Linares se ha ido a pique el hotel Cervantes, propiedad de Cervanhotel. Esta empresa ha promovido un concurso de acreedores ante el Juzgado Mercantil de Jaén. Actúa de administrador concursal el economista Sergio Berrios Mesa.
El alojamiento abrió sus puertas hace veinte años. Cuenta con un capital social de 569.000 euros. Cervanhotel, la sociedad explotadora, arrastraba crónicos problemas de rentabilidad y un largo historial de impagos, que se remontan hasta 2014.
De hecho, la sociedad arroja pérdidas de forma consecutiva desde comienzos de la década. La empresa pertenece a Raúl Cabello Ramírez, administrador único, y su madre Dolores Ramírez Villén.