Tienda Diocarnes, propiedad de la cárnica El Cebadero / CG

Tienda Diocarnes, propiedad de la cárnica El Cebadero / CG

Confidente VIP

La cárnica El Cebadero se va a pique

La empresa madrileña tiene una deuda de 25 millones de euros

1 septiembre, 2020 00:00

El verano deja un siniestro abultado en el sector cárnico. La compañía El Cebadero Finca Olivar de Casasalbas, conocida en el mercado con el nombre de Diocarnes, ha presentado suspensión de pagos ante el Juzgado Mercantil número 14 de Madrid.

El fallido se debe a la drástica caída de su actividad durante el segundo trimestre, que ha reducido a la mínima expresión sus ingresos. Diocarnes se encuentra paralizada desde junio.

Balance

El teléfono de su sede central en Madrid y los números de atención al cliente han dejado de funcionar. Fuentes del sector explican que El Cebadero bajó la persiana antes del periodo vacacional y presentó sus libros contables a la jurisdicción mercantil.

El balance de la casa incluye 30 millones de activo 30 millones y 25 de deudas, según sus últimos estados contables, correspondientes al último ejercicio. Los compromisos con bancos suman 15 millones.

Patrimonio

El Cebadero tiene una trayectoria de casi 60 años. La empresa está presente en toda la cadena de valor. Su principal activo es una finca en los montes de Toledo, en la que cada año se crían y ceban 10.000 cabezas de vacuno.

En sus propias instalaciones se despieza y trocea la carne. Luego se vende a  hoteles, restaurantes y colectividades de toda España, por medio de una flota propia de medio centenar de vehículos. La sociedad también cuenta con varios puestos en Mercamadrid.

Carnicerías

Asimismo, aborda el negocio minorista con una treintena de carnicerías sitas en la Comunidad de Madrid y Castilla La Mancha, que tienden a 6.000 clientes cada día.

El Cebadero pertenece a la sociedad patrimonial Meatstone Company, propiedad del empresario Ángel Moreno-Arronés Santos-Olmo.

Quiebra el interiorista Jaime Beriestain

El Covid-19 tumbó el pasado mes de abril el negocio barcelonés de Jaime Beriestain. El conocido diseñador se vio obligado a clausurar su tienda-restaurante sita en la calle Pau Claris, que llevaba abierta siete años.

Ahora ha llegado la traca final mediante la declaración oficial de concurso de acreedores. El Juzgado Mercantil número 1 de Barcelona ha decretado la suspensión de pagos, que es de liquidación.

La crisis de su “concept-store” es anterior a la pandemia, pues el giro ya venía acusando un notorio retroceso. El estado de alarma ha resultado letal para el negocio del diseñador.