Se hunde la pesquera Frigoríficos Florindo
La empresa estuvo envuelta en una trama de pesca ilegal, por la que el ministerio de Industria le impuso fuertes multas
15 abril, 2020 00:00Frigoríficos Florindo e Hijos, de O Carballiño (Orense), dedicada a la pesca y comercialización de productos del mar, se ha ido a pique. El Juzgado de Primera Instancia número 4 de Orense, que también ejerce de mercantil, ha admitido a trámite el concurso de acreedores presentado por esta empresa.
Al mismo tiempo dicta la intervención de sus facultades de gestión y nombra administrador concursal a José Luis López Blanco.
La compañía fue constituida en 1991 por Florindo González Otero, su actual administrador. Varios miembros de su familia son apoderados de la sociedad.
Operación Sparrow
Frigoríficos Florindo se dedica a la pesca, así como a la distribución de merluza austral y otros pescados y mariscos, que vende a negocios de hostelería, restauración y tiendas.
Hasta la fecha, Florindo e Hijos no atravesaba problema financieros. Tenía un balance sólido y contabilizaba ventas anuales de 3,5 millones.
Pero hace un par de años el ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación impuso a la empresa una sanción por haber participado en una trama de pesca ilegal que la policía bautizó como Operación Sparrow.
Triple sanción
El ministerio multó con 1,2 millones a tres compañías del mismo grupo: Frigoríficos Florindo e Hijos, Bacamar y Pesquera Piñeiro.
El trío está dominado por Florindo González. También se impuso correctivos a ocho personas relacionadas con el entramado. En total, el ministerio les recetó 8,2 millones.
Todos ellos crearon un entramado de pesca ilegal, con el propósito de explotar los buques furtivos Thunder y Tchaw. El primero de ellos se hundió cerca de la isla africana de Santo Tomé, en 2015, en unas circunstancias altamente sospechosas.
Contrabando de tabaco
La historia de Frigoríficos Florindo es todavía más rocambolesca. En 1997 el Servicio de Vigilancia Aduanera interceptó en plena faena a dos contrabandistas en O Carballiño cuando trasportaban medio millón de cajetillas de tabaco Winston, valoradas en 114 millones de pesetas.
El alijo estaba almacenado en las instalaciones de Frigoríficos Florindo e Hijos.
Los contrabandistas fueron condenados en primera instancia. La Audiencia Provincial los absolvió porque consideró que la detención debía haberla realizado la Guardia Civil y no el Servicio de Vigilancia Aduanera.