Muestra de las alpargatas Castañer / CG

Muestra de las alpargatas Castañer / CG

Confidente VIP

La alpargatera Castañer refinancia sus deudas

Es uno de los pocos fabricantes que quedan en España y no pasa por su mejor momento

6 junio, 2019 00:00

El retraso en el pago de intereses de los pasivos alcanza a todo tipo de empresas industriales. La última noticia al respecto concierne al grupo empresarial Castañer, de Banyoles (Girona), dedicado a fabricar alpargatas desde hace casi 100 años.

En diciembre de 2017 suscribió un acuerdo de refinanciación con varios de sus prestamistas, a saber, Banco Santander, Popular, Sabadell, Bankia, Bankinter, Deutsche Bank e Ibercaja Banco. Dos de los acreedores, Caixabank y BBVA, se negaron a aceptarlo.

Incidencias procesales

El año pasado, Grupo Castañer elevó el acuerdo al Juzgado Mercantil número 1 de Girona para que fuera homologado, es decir, que sus efectos se extendieran a las entidades disidentes, pero dicha instancia denegó la pretensión.

Recurrió Castañer ante la Audiencia Provincial de Girona, que ahora le acaba de dar la razón. Por tanto, la homologación se hace extensiva a todos los acreedores sin excepción.

Ejecuciones suspendidas

El acuerdo tiene la naturaleza de transacción judicial. En consecuencia, se paralizan las ejecuciones singulares que hayan podido emprender algunas de las entidades afectadas por el pacto de refinanciación.

Asimismo, se prohíbe comenzar ejecuciones singulares de la deuda. Este veto se extiende desde la fecha de solicitud de homologación hasta el vencimiento final de la deuda.

El auto afirma que, en todo caso, las entidades financieras acreedoras a las que alcanza la homologación, mantendrán sus derechos frente a los obligados solidariamente con el deudor y frente a sus fiadores y avalistas, que no podrán invocar ni la aprobación del acuerdo de refinanciación ni los efectos de la homologación judicial en perjuicio de aquellos. Una vez aprobada la homologación por la Audiencia Provincial, el acuerdo deviene irrescindible.

Conglomerado societario

Las compañías de Grupo Castañer amparadas por el acuerdo son Espadrilles Banyoles, la principal entidad, más Yute Banyoles y Distribuciones Calzado Banyoles, todas ellas afianzadas por la empresa del grupo Samu Banyoles.

Castañer posee sendas filiales en Francia y Colombia, tituladas Espadrilles France y Tcherassi Castañer. Una y otra han quedado al margen del pacto, debido a que su actividad es meramente comercial. El grupo contabiliza una pesada deuda financiera de 13 millones.

Al margen del reajuste de los pasivos financieros, la situación de Castañer es cualquier cosa menos desahogada.

Entre 2016 y 2017 el grupo sufrió unas pérdidas consolidadas de 8,6 millones, mientras sus ventas se desplomaban de 24,1 a 17,4 millones. Los fondos propios arrojaron saldo negativo, por lo que el año pasado la compañía hubo de realizar una ampliación de capital.

Red comercial

Durante el presente ejercicio cesó el consejo de administración y el grupo pasó a regirse por tres administradores, los hermanos Rafael, Cristina y Antonio Castañer Sauras.

Grupo Castañer dispone de once tiendas en España, más un espacio comercial en El Corte Inglés. Fuera del país está presente en una decena de mercados.

Hitos históricos

Los orígenes de la casa se remontan a 1927, cuando Luis Castañer y su primo Tomás Serra fundaron el primer taller de alpargatas. Durante la Guerra Civil la empresa fue colectivizada y sus alpargatas se destinaron a los soldados enviados al frente. Tras la contienda, la empresa fue devuelta a sus legítimos propietarios.

En aquella época, se desarrolla una incipiente industrialización y las alpargatas de Castañer entran en declive, debido al menor uso que hacen de los campesinos, los principales clientes de la casa.

Sin embargo, en los años 60 se produce la reinvención de la firma. Toma el mando Lorenzo Castañer, quien con su mujer Isabel incorpora el color al calzado y lo ponen de moda gracias a afamados artistas, actores y otras personalidades que se convierten en incondicionales de la firma. En los anales de esta empresa manufacturera hay un acontecimiento señalado.

En los años 70, Lorenzo Castañer y su esposa conocen al célebre diseñador Yves Saint Laurent en París y este les encarga una alpargata con cuña para su casa de modas. Gracias a ese impulso, la marca conoce su máximo apogeo y se proyecta por todo el mundo. En 1994 abre su primera tienda en Barcelona y después en Madrid, París, Saint Tropez y Tokio.