Banco Mediolanum: su beneficio cae un 33% por el viejo escándalo Athos
“Si no fuese por una sentencia –que, por otra parte, hemos recurrido, aunque la hayamos provisionado en su totalidad–, habríamos alcanzado un beneficio cercano a los 24 millones de euros. Sin embargo, hemos presentado 15,7 millones de euros netos”.
Así se expresa Carlos Tusquets Trías de Bes, presidente del banco barcelonés Mediolanum, en la memoria correspondiente a 2015. Tusquets se refiere, sin citarlo, al bochornoso caso Athos, un chiringuito financiero de Barcelona dirigido por Carlos Nadales, que quebró en 1993 y dejó un reguero de damnificados. El asunto desencadenó una lluvia de demandas y querellas.
En 2015, fallecido Nadales y casi 22 años después del fiasco, la Audiencia Nacional dictó sentencia condenatoria contra los dos gestores que todavía quedan vivos: 5 años de cárcel por apropiación indebida y fraude fiscal.
A Mediolanum le cargó la responsabilidad civil subsidiaria, por importe de 8 millones, debido a sus estrechas relaciones con Athos. Cuando estalló el escándalo, Mediolanum se llamaba Fibanc y pertenecía entre otros a Tusquets. La entidad adoptó su actual nombre en 2012, varios años después de que el italiano Mediolanum tomara su control.
La sentencia de la Audiencia provocó que el pasado ejercicio el resultado de la entidad cayera de 20,9 a 15,7 millones. Esta flexión no refleja un año que resultó especialmente positivo.
El patrimonio administrado subió un 18,5% hasta los 3.600 millones. También se movió al alza el número de clientes, que pasó de 95.900 a 103.200, mientras la red de oficinas trepaba de 37 a 51.
La sede principal se encuentra en el palacete Abadal, sito en avenida Diagonal, justo frente a las torres negras del cuartel general de La Caixa.
Un petardazo multimillonario
Fibanc adquirió el señorial inmueble en 1995, por 3 millones de euros, al hotelero Juan Gaspart, que lo había comprado en 1988 por medio millón. Mediolanum lo valora actualmente en 21 millones.
Uno de los platos fuertes de la casa es su red de agentes, formada por 793 personas, que se prevé suban a un millar en el curso de este año. A ellos se suman los 222 empleados.
Ejerce de consejero delegado Vittorio Colussi. Entre los vocales del máximo órgano de gobierno figura la ex ministra Anna Birulés. Por el desempeño de sus cargos, Colussi cobró 1,1 millones; Tusquets, 95.000 euros; y Birulés, 36.000.
El origen de la entidad arranca de 1989, cuando Carlos Tusquets y otros socios fundaron Banco de Finanzas e Inversiones (Fibanc). En 2000, propinaron un pelotazo suculento. Vendieron la mayoría del capital al banco italiano Mediolanum, participado por “sua emitenzza” Silvio Berlusconi, por la fruslería de 120 millones de euros.