Oro Vivo suma siete años de pérdidas
La cadena de joyerías Oro Vivo, de Barcelona, espera darle la vuelta a sus resultados tras el cambio de accionistas que se produjo hace justo un año. En diciembre de 2014, el grupo suizo que controlaba históricamente la compañía traspasó la totalidad del capital al grupo Endurance Advisor, también de Barcelona, dirigida por Pedro Picas de la Rosa y José María Rigau Pagés, y especializada en el reflotamiento de empresas en crisis.
Su desembarco vino acompañado de una fuerte reducción del pasivo exigible, gracias a su condonación parcial, que significó reducirlo de 7,2 millones a prácticamente cero. De esta manera, desaparecen por completo los más de 500.000 euros anuales de gastos financieros que se venían registrando. El saneamiento se ha coronado mediante una inyección de 6,2 millones, que permite recomponer la situación patrimonial y sitúa los fondos propios en 3,8 millones.
Oro Vivo dispone de 48 tiendas en centros comerciales y supermercados. Este año prevé poner en servicio hasta una decena más. La compañía posee en Portugal una filial que administra 13 establecimientos. La mitad de los ingresos corresponde a joyas de oro, el 20% a productos de plata, el 18% a relojería y el resto a bisutería.
La firma española atravesó duras vicisitudes los últimos años. Entró en pérdidas en 2008 y así se mantuvo hasta 2014, cuando había acumulado un saldo deficitario total de 12,3 millones. Las ventas menguaron desde 25,1 millones en la cumbre de 2007, hasta los 10,6 millones del pasado ejercicio. Sólo en 2014, retrocedieron un 17%.