Oficinas del grupo Celsa / CELSA GROUP

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Acreedores de Celsa presentan un plan para capitalizar la deuda y sacar a los Rubiralta

Los fondos aprovechan la entrada en vigor de la nueva ley concursal para hacer buena la propuesta rechazada repetidamente por los propietarios del grupo y que no precisaría del rescate público

26 septiembre, 2022 12:03

Golpe de timón en el futuro de Celsa. Los principales acreedores del grupo siderúrgico han presentado un plan de reestructuración para asegurar la viabilidad de la compañía que supone la capitalización de cerca de 1.300 millones de deuda y que propiciaría la salida de la familia Rubiralta como accionista. 

De esta forma, las entidades acreedoras, en su mayoría fondos de inversión internacionales, aprovechan las modificaciones introducidas en la Ley concursal, que dan un mayor margen de maniobra a los tenedores de la deuda de las empresas en determinadas circunstancias, especialmente cuando se considera que los socios no tienen valor económico en la compañía. 

Sin ayuda de la SEPI

La propuesta, registrada este lunes en los juzgados de lo Mercantil de Barcelona, contempla además extender los vencimientos de la deuda que no se capitalice durante cinco años adicionales. 

Además, el plan contempla renunciar a la inyección de dinero público por parte del fondo de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que a finales del pasado mes de junio aprobó la concesión de una ayuda de 550 millones a través de dos préstamos, condicionada a un acuerdo entre accionistas y acreedores que no se ha producido.

Más capital

En el citado plan se contempla al capitalización de la totalidad de la deuda convertible, lo que daría a los acreedores el control de la compañía, y parte de la deuda Jumbo, por un valor total de 1.291 millones de euros.

Los fondos también se han comprometido a realizar inyecciones de capital adicionales, en el caso de que fueran necesarias para sostener la continuidad del negocio.

No hay concurso

Mientras, el plan también incluye una serie de compromisos por parte de los tenedores de deuda si finalmente se hacen con el control de la compañía; entre ellos, figura el de mantener en España, con toda probabilidad en Barcelona, los principales centros de decisión de la compañía; y también, garantizar que la reestructuración no tendrá impacto en el empleo. 

No obstante, la presentación de este plan por parte de los acreedores no supone en ningún caso el inicio de un proceso de concurso de acreedores ni tampoco la instancia a una situación de preconcurso, según han aclarado fuentes próximas a Celsa, que hacen hincapié en el hecho de que la empresa está al día de todas sus obligaciones de pago con proveedores y no se encuentra ante un escenario que contemple este tipo de procedimientos. 

Negociaciones en pie

El grupo siderúrgico considera que las negociaciones entre las partes para tratar de hacer efectivo el rescate público se mantienen, hasta el punto de que constituyen una de las principales prioridades de la compañía.

La hoja de ruta coincide en la mayoría de los aspectos con las propuestas que los acreedores pusieron encima de la mesa del grupo para tratar de alcanzar un acuerdo que permitiera articular el rescate publico que Celsa solicitó al fondo de la SEPI con el fin de garantizar la viabilidad.

Las propuestas fueron rechazadas por Celsa, que se opuso con firmeza a todo plan que pasara por un cambio de propiedad; a su vez, los Rubiralta también realizaron sus propuestas para solventar la delicada situación económica de la siderúrgica, apoyadas en la inyección de la SEPI, y que contribuían a asegurar el futuro de la compañía sin modificar su estructura accionarial.