Hipra vuelve a 'pinchar' con la vacuna de la peste porcina tras llegar tarde a la del Covid

Escribió Karl Marx que la historia se repite dos veces. Cuenta de ello da el laboratorio catalán Hipra, que desarrolló la vacuna contra el Covid en 2023, cuando la emergencia sanitaria ya había remitido y el mercado estaba saturado por Pfizer y Moderna. Ahora, vuelve a llegar tarde con la peste porcina africana (PPA).

La empresa lleva desde 2019 investigando el virus y hace dos años que lidera un proyecto europeo para desarrollar una vacuna, pero no prevé comenzar a ensayarlo hasta 2026.

Hipra llega tarde

Es su proyecto más ambicioso, pero la complejidad de los ensayos clínicos y las trabas regulatorias están ralentizando un proceso que, ahora mismo, requeriría urgencia. Y aunque fuentes internas al grupo reconocen que ya tiene varios prototipos que han funcionado, aún no pueden usarlos en cerdos.

Una vez más, un virus se ha propagado sin que Hipra pueda hacer nada por remediarlo. Se ha vuelto a quedar en la orilla, como ya le ocurrió con la pandemia del Covid, cuando pese al loable hito de desarrollar una vacuna, ésta no aumentó su facturación todo lo esperado, como sí le ocurrió a Pfizer, AstraZeneca o Moderna.

Hipra redujo un 36% su beneficio en 2024 con una facturación estable

Según detallan fuentes del sector a este medio, hay otras dos vacunas españolas para la PPA en fase de investigación: una desarrollada por José Manuel Sánchez Vizcaíno en el INIA Madrid y otra por parte de IRTA-CReSA junto a una farmacéutica europea. 

Sin embargo, los tempos son lentos: todas las vacunas las tiene que aprobar la Unión Europea, con su clásica burocracia. Además, fuentes científicas detallan la complejidad de la PPA en la virología veterinaria. A diferencia del Covid, el virus de la PPA es de gran tamaño, complejo y no genera anticuerpos neutralizantes de forma sencilla.

Grupo europeo de investigación

Hipra intenta desarrollar una vacuna atenuada (con el virus vivo, pero debilitado) que sea segura, un equilibrio que es difícil: si es demasiado potente, mata al cerdo; si es demasiado débil, no inmuniza.

La farmacéutica de Amer --el pueblo de Carles Puigdemont-- lidera la investigación junto al consorcio europeo VAX4ASF, en el que participan 17 países del continente, además de Estados Unidos y Kenia.

Campus Hipra WIKIPEDIA

Hipra vio un nicho de mercado en esta enfermedad en 2019, año en que la PPA mató a la mitad de los cerdos de toda China. En España no había registros del virus desde 1994, y parecía erradicado, hasta que en Collserola se han detectado ya 13 jabalíes muertos por la enfermedad.

Lo cierto es que, en el último ejercicio, la empresa redujo un 36% su beneficio neto debido a la "normalización" tras el Covid, y necesita un nuevo motor de crecimiento en sus cuentas. Ese blockbuster que justifique las fuertes inversiones en I+D y devuelva a la compañía a las cifras de crecimiento de doble dígito debe ser la vacuna contra la PPA.

El 'fantasma' del Covid

El gran rival, de momento, es Vietnam, donde sí se está comercializando alguna vacuna desarrollada con tecnología estadounidense, si bien de momento no está claro que su uso sea seguro o no.

Fuentes de la industria veterinaria advierten que, en un sector tan globalizado, la excelencia científica no sirve de nada sin agilidad comercial. Si Hipra no logra posicionar su vacuna en el corto plazo, corre el riesgo de quedar relegada a un papel secundario en la lucha contra la enfermedad animal más importante de la década, repitiendo el amargo esquema del Covid: tener la solución cuando el problema ya lo están resolviendo otros.

"Hipra, un titán farmacéutico nacido en el pueblo de Puigdemont", por Gonzalo Baratech

Además, ahora mismo la demora de Hipra no es solo un problema de laboratorio; es una bomba de relojería para la balanza comercial española. Con el virus activo en Collserola, el sector porcino --que aporta miles de millones al PIB y convierte a España en el principal exportador de la UE-- contiene la respiración.