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Los efectos del brote de la peste porcina africana (PPA) en los precios de esta carne han extremado la tendencia netamente bajista que ya experimentaban desde el fin del primer semestre. En vísperas de una más que probable nueva revisión a la baja en la lonja de Mercolleida, el kilo del cerdo cebado se ha desplomado un 36% en apenas cuatro meses

Aunque nunca es oportuna la llegada de una crisis como la de la peste porcina africana, que no se daba en España desde 1994, en esta ocasión la presión de los precios ha sorprendido a los mercados europeos con el pie cambiado. 

Los recientes acuerdos comerciales internacionales y las correspondientes medidas proteccionistas por parte de los diferentes bloques económicos ya habían hecho una notable mella en el precio del porcino español. 

La entrada nuevos jugadores que han propiciado los citados acuerdos comerciales también contribuye a presionar a la baja los precios. En este sentido, el tratado firmado entre la Unión Europea y el Mercosur es especialmente significativo, dado que ha hecho a los operadores modificar su comportamiento y optar por compras a corto plazo.

Imagen de una granja porcina del país EFE

Como muestra de la situación que se ha dado en las semanas previas a la crisis de la peste porcina africana, la última referencia de Mercolleida para el kilo de cerdo cebado antes de la detección del brote fue de 1,3 euros, la cota más baja desde el primer trimestre de 2022. Una circunstancia también excepcional, dado que las economías mundiales estaban aún en plena recuperación de la crisis generada por la pandemia del coronavirus.

El pasado lunes, las juntas celebradas de forma extraordinaria en Mercolleida determinaron la mayor caída en una revisión de los precios en términos absolutos desde la entrada del euro como moneda de curso legal en 2002: 10 céntimos de un plumazo.

Devastador en un ámbito estable

Sin embargo, se trata de una única cotización de los precios. En términos absolutos, el descuento fue del 7,7%. Con algo más de perspectiva, los retrocesos acumulados en apenas cuatro meses reflejan un mercado ya de por sí muy tensionado.

"En un ámbito tradicionalmente estable como este, variaciones de este tipo tienen efectos devastadores. La principal incertidumbre de los productores es cuánto tiempo podrán seguir soportando esta situación, que va a dejar a unos cuantos por el camino", señalan fuentes del sector. 

Especialmente a los más pequeños, que llevan operando a pérdidas desde finales de septiembre. "No tienen la capacidad ni la escala suficiente para compensar este rendimiento negativo. Representan el eslabón más débil". 

Con todo, las previsiones apuntan a que los precios no han tocado aún suelo. Si se confirman los pronósticos y este jueves vuelve a decretarse una revisión a la baja, España pasará a ser el mercado más competitivo de la Unión Europea, con el kilo de cerdo cebado en torno a 1,15 euros.

Bandera de la UE frente a la sede de la Comisión Europea EUROPA PRESS

Números que se sitúan a la altura de los ofrecidos por plazas como las de Bélgica y Países Bajos. Un arma con la que el mercado español lucha por colocar en estas fechas aquellos productos que no podrá vender en los aproximadamente 40 países que han bloqueado las exportaciones españolas de porcino a consecuencia de la crisis.

En el resto de Europa, los mercados también se encuentran presionados por una peste porcina que afecta a otros 13 países. Una situación que ha echado abajo las expectativas que genera la recta final del año, que habitualmente genera un repunte relacionado con el aumento del consumo en las fiestas de Navidad

Con todo, la situación en los mataderos se complica por momentos y en varias direcciones. Desde los problemas logísticos que pueden aparecer como consecuencia del género que la peste impide colocar a la afectación en el empleo.

En este último capítulo, el sindicato CCOO ha cargado contra Grupo Jorge, uno de los grandes operadores del sector en España, por prescindir de 300 trabajadores temporales en el matadero de Santa Eulàlia de Berga (Barcelona), como consecuencia de los efectos de la crisis en la producción.