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Ayer falleció el polifacético Juan Echevarría Puig, a los 101 años de edad, según él aseveraba últimamente. Aunque según otras biografías suyas en realidad había nacido el 26 de noviembre de 1926, o sea que acababa de soplar 99 velas.

Echevarría es un personaje singular e irrepetible. Estaba dotado de una cultura enciclopédica con la que trufaba su oratoria de citas clásicas. Poseía una enorme capacidad de trabajo, capaz de echar innumerables horas diarias sin despeinarse. Y era un polemista temido por su rapidez y su contundencia imbatibles.

En su infancia presenció con entusiasmo la entrada de las tropas franquistas en Barcelona en enero de 1939. Y casi de inmediato devino en un falangista convencido.

Formación

A los 17 años comenzó a trabajar como auxiliar administrativo en el Banco Español de Crédito, mientras estudiaba Derecho, que culminó con el doctorado. También se licenció en Ciencias Políticas por la Universidad de Madrid y se graduó en Estudios Superiores de Empresa por el IESE de la Universidad de Navarra.

Desde su época de estudiante evidenció grandes dotes de mando. Fue jefe del Sindicato Español Universitario SEU, de Cataluña y Baleares.

En el periodo 1950-57 ejerció como profesor de la cátedra de Sociología de la Facultad de Derecho de Barcelona.

Inicios en Motor Ibérica

En 1965 lo fichan como director de relaciones institucionales del gigante industrial Motor Ibérica, fabricante de camiones, furgonetas, cosechadoras y otra maquinaria agrícola. Sus dones de gestión lo catapultan siete años después a la dirección general de la filial Perkins. En su flamante puesto afronta una dura huelga. Se enfrenta a un obrero llamado Marcelino Camacho, quien años después lideraría el sindicato Comisiones Obreras.

Echevarría, ni corto ni perezoso, adopta la expeditiva decisión de poner de patitas en la calle a 500 trabajadores que habían participado en el paro, entre ellos el propio Camacho.

El empresario Juan Echevarría Puig MUTUA UNIVERSAL

Poco después, la norteamericana Massey Ferguson, accionista de control de Motor Ibérica, anuncia que abandona España. Echevarría logra en tiempo récord, gracias a sus contactos internacionales, que el hueco dejado por los yanquis lo cubra la nipona Nissan. Su decisiva intervención le vale el oficioso título de “hombre de los japoneses en España”.

El 'hombre de los japoneses'

En 1990, el emperador Akihito le otorga la “Orden del Tesoro Sagrado, Rayos Dorados con Cinta Colgante y Estrellas de Plata y Oro”, por “su gran labor y contribución al mutuo entendimiento entre Japón y España, y particularmente por su aportación al desarrollo del intercambio comercial hispano-japonés a lo largo de su carrera profesional”.

Echevarría encabezó la compañía desde 1982 hasta el arranque del presente milenio.

Presidencia de Fecsa

Poco antes había hecho sus pinitos en la política, como líder del partido Solidaridad Catalana, versión vernácula de la Alianza Popular de Manuel Fraga. La intentona acaba en fracaso y es derrotado por el convergente Jordi Pujol.

Pese a todo, mantiene con éste una buena relación que perdura hasta nuestros días. Prueba de ello es que en 1996, con el beneplácito de Pujol, es nombrado presidente de la eléctrica Fecsa, tras la muerte de Luis Magaña.

Años después, Endesa lanza una opa sobre Fecsa y encumbran a Echevarría a la vicepresidencia de la eléctrica estatal.

Broche a su carrera en Mutua Universal

Su inagotable energía le da para liderar Mutua Universal entre 2004 y 2022, cuando cesa a los 98 años o 96, según se tome una u otra biografía.

Esta descripción de su bagaje profesional es sucinta, pues sus ocho fecundas décadas dan para mucho. Al margen de los relevantes cargos descritos, también encabeza empresas, entidades e instituciones sin parar, como Cable y TV de Catalunya, que luego se transforma en Menta, después en Auna Cable, más tarde en ONO y, por último, en Vodafone.

80 años en primera fila de la economía

También acaudilla la corporación World Trade Center y la Fundación Privada Instituto Guttmann. Asimismo, es miembro del consejo social de la Universitat Pompeu Fabra y vocal del Puerto de Barcelona.

Echevarría deja cinco hijos, tres hombres y dos mujeres (una de ellas, exesposa de Joan Laporta), y diez nietos.

Con su traspaso, desaparece una figura locuaz, aguda y asombrosa, que se mantuvo durante 80 años en primera fila de la economía y fue una especie de puente tendido entre dos siglos henchidos de generaciones de directivos y empresarios.