La consolidación del sector teleco en Europa flotaba en el ambiente en las horas previas a que se conocieran los detalles del plan estratégico de Telefónica. Al fin y al cabo, fue uno de los argumentos empleados por el presidente de la operadora, Marc Murtra, cuando decidió iniciar una "reflexión estratégica" a las pocas semanas de llegar al cargo.
Tras insistir en la idea a lo largo de estos diez meses transcurridos desde su nombramiento, la célebre consolidación no ha aparecido en la hoja de ruta de la compañía para los próximos cinco años. "No forma parte del plan, es un elemento añadido", aclaró Murtra a los analistas que preguntaron por esta cuestión en el Capital Markets Day.
No es casual que el esperado plan de Telefónica presente objetivos a medio plazo (tres años) y largo plazo. En realidad, es una suerte de recorrido en dos fases. Y en la primera, más que un elemento añadido, la consolidación es la meta, pero no el medio.
A la hora diseñar el plan, el equipo directivo de Telefónica ha tenido la precaución de no confundir deseos con realidades. En la introducción de la presentación del plan a los analistas, la compañía hizo hincapié en que la mayor incertidumbre acerca de la consolidación del sector en Europa es la temporal. Se ha de dar, pero no se sabe cuándo con exactitud.
Fachada Telefónica
Pero, además, Telefónica tampoco se encuentra a día de hoy en las mejores condiciones para afrontar fusiones y adquisiciones. Al menos, sin tener que estar atada o condicionada por factores como su apalancamiento financiero que, pese a la reducción de deuda de los últimos años, sigue siendo demasiado elevado.
Este propósito es clave a la hora de explicar elementos que sí forman parte del plan. Sin ir más lejos, la siempre discutida reducción del dividendo, que se quedará en la mitad en 2026 (15 céntimos de euro por acción) para después depender del flujo de caja libre (entre el 40% y el 60% de esta variable) a partir del segundo año del plan.
Marc Murtra, en la tercera edición del BCN Desperta!
Los ajustes en inversiones y gastos (Capex y Opex) están igualmente relacionados con el objetivo a medio plazo de acercarse a una excelencia financiera que asegure a Telefónica una posición de poder a la hora de encarar negociaciones con vistas a potenciales fusiones y adquisiciones.
"Vamos a hacer una asignación de capital diferente, en la que entra el recorte de Capex y Opex. Queremos crecer más rápidamente, y eso pasa por convertir los ingresos en flujo de caja", ha indicado Murtra a los analistas, para añadir a continuación que el objetivo último es la reducción del apalancamiento financiero.
Ahorros de 3.000 millones
Telefónica presenta una ratio deuda/Ebitda aún cercano a tres veces, aunque las últimas ventas de activos Hispam cerradas (Uruguay y Ecuador) o a punto de hacerlo (Colombia), reducirá algo esta relación, así como el volumen total de deuda hasta el entorno de 26.000 millones.
"Nuestro objetivo no es una cifra absoluta, sino una proporción deuda/Ebitda de 2,5 veces", ha señalado la directora de finanzas y control, Laura Abasolo, en la presentación del plan a los medios de comunicación.
Parte de los objetivos del plan pasan por la obtención de unos ahorros próximos a los 3.000 millones de euros, con el Capex y, especialmente, con el Opex, llamado a absorber tres cuartas partes de este ahorro. “En este apartado entra todo lo posible; y cuando decimos todo, es todo”, ha asegurado con rotundidad el consejero delegado, Emilio Gayo.
Y ese todo, con el objetivo final de "tener la mayor flexibilidad financiera para cuando llegue el momento de hacer operaciones. Y para eso debemos reducir el apalancamiento. Estas medidas puede que no tengan impacto a corto plazo, pero sí a medio y a largo. Tres o cinco años pueden parecer muchos, pero en el mundo de los negocios transcurren rápidamente", ha concluido Murtra.
Si las oportunidades surgen antes de tiempo, Telefónica tendría que recurrir a una ampliación de capital. Una medida que cuenta con el apoyo del consejo. Pero que no pasa por ser lo ideal. "Mientras sea posible, business as usual", sentencia Murtra.
Independencia a la hora de la verdad
El objetivo de apalancamiento tiene la fecha fijada en 2028. Pasado el ecuador del plan, será momento de cerrar la primera fase, con objetivos de crecimiento de entre el 1,5% y el 2,5% en ingresos y resultado operativo.
A partir de entonces, con un panorama más despejado y parte de los deberes hechos, llegará la hora de la verdad. Telefónica tendrá las de ganar para convertirse en una "gran teleco europea y referente mundial", siempre y cuando goce de la independencia necesaria, la que debe cosechar en la primera fase del plan. A partir de entonces, la consolidación sí podrá ser un elemento añadido. Ya añadido.
