Un inspector de trabajo y seguridad social / Generado con IA

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Un inspector de trabajo y seguridad social sobre su sueldo en Barcelona: “Gano un salario anual bruto de 45.000 euros”

La principal atracción para muchos opositores, además de la estabilidad y la labor social, es la sólida compensación económica

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La figura del Inspector de Trabajo y Seguridad Social, aunque de gran responsabilidad social, no siempre es muy conocida. Sin embargo, la dedicación y el esfuerzo requeridos para acceder a este Cuerpo Superior están recompensados con unas condiciones laborales y salariales significativas.

Un inspector de 32 años con base en Barcelona ha revelado detalles sobre su preparación, su trabajo diario y, fundamentalmente, la remuneración asociada a esta función pública.

La principal atracción para muchos opositores, además de la estabilidad y la labor social, es la sólida compensación económica. Según el testimonio ofrecido, “el sueldo anual bruto para un inspector se sitúa entre 45.000 y 50.000 euros brutos”. Llevado al plano mensual, el sueldo neto al mes se traduce en aproximadamente “3000 y picos al mes”.

Para alcanzar este nivel salarial, el inspector explica que ha tenido una trayectoria académica completa, comenzando con una Licenciatura en Derecho, seguida de un Máster en asesoría jurídica de empresa, culminando en la dura preparación de las oposiciones.

Un camino de constancia

El acceso al Cuerpo Superior de Inspectores de Trabajo no es sencillo. Se trata de un proceso que exige un compromiso mental y físico muy elevado. El inspector que comparte su experiencia dedicó “unos tres años y medio o cuatro a estudiar”.

El ritmo requerido para superar la oposición es intensivo: “el opositor debe aceptar estar dos, tres, cuatro, cinco años a un ritmo de 8 horas diarias de estudios con un día de descanso. Él se autoimpuso un tope máximo de cuatro o cinco años para lograr la plaza”.

La oposición constaba de cinco exámenes (aunque los actuales son distintos) y un temario amplio, compuesto por 240 y tantos temas y 150 temas. Conseguir la plaza, tras luchar durante tres o cuatro años, es considerado un “premio bastante gordo”. De hecho, generalmente no se cubren todas las plazas convocadas para el cuerpo, lo que indica el alto nivel de exigencia del tribunal.

Una vez obtenida la plaza, el trabajo se centra en fiscalizar y controlar que la normativa laboral se cumpla. El inspector en Barcelona tiene un día a día dinámico, alternando visitas a empresas, el trabajo en la inspección y el teletrabajo.

En Barcelona, la actividad es intensa, registrándose mucha denuncia laboral. Los motivos de denuncia son variados, incluyendo salarios, contratos, horas extraordinarias y seguridad en el trabajo.

Aunque el inspector tiene la potestad de requerir que se subsanen las deficiencias, su trabajo a menudo culmina en medidas coercitivas. Se estima que, de los casos manejados, quizá un 70% sí que va a conllevar una propuesta de sanción, mientras que el 30% restante no la conlleva, a veces porque la denuncia no constituye una infracción laboral.

A pesar de la carga administrativa y los momentos de soledad requeridos para la redacción de documentos, el inspector recomienda su profesión al 100%, destacando el contacto social y la satisfacción de ayudar a las personas con sus problemas laborales.