Jordi Gruart / Monika Rüsch

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Jordi Gruart, asesor inmobiliario: “En Cataluña si heredas un piso puedes acabar pagando miles de euros y si no para el Estado”

La realidad es especialmente preocupante en casos de viviendas que, aunque sean la vivienda familiar, generan una obligación fiscal que muchas veces supera la capacidad económica de los beneficiarios

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Heredar un inmueble, que para muchas familias representa un legado afectivo y económico, en Cataluña puede convertirse en una carga imposible de asumir. Jordi Gruart, asesor inmobiliario con años de experiencia en la región, denuncia que el sistema legal de sucesiones convierte un acto de transmisión familiar en un proceso que, en muchos casos, termina con la vivienda en manos del Estado.

“Si heredas un piso y no puedes pagar los impuestos, lo pierdes”, explica Gruart. “Te dejan una casa en herencia, pero si no puedes hacer frente al impuesto de sucesiones, a la notaría, a la plusvalía municipal y al registro, tienes que renunciar. Y no, no la subastan, no te devuelven absolutamente nada, ni ayudas, ni prórrogas, si no las pides, ni plan B. El piso acaba en manos del Estado y tú te quedas sin él y sin dinero”.

El problema, según el asesor, es que el impuesto de sucesiones en Cataluña es uno de los más elevados de España y afecta especialmente a las familias que heredan la vivienda habitual de un ser querido.

El impuesto más cruel es pagar por heredar. Se te muere un familiar y encima tienes que pagar impuestos. Bienvenidos al impuesto de sucesiones”, denuncia Gruart, subrayando el impacto emocional que esta situación provoca en los herederos.

La realidad que describe es especialmente preocupante en casos de pisos que, aunque sean la vivienda familiar, generan una obligación fiscal que muchas veces supera la capacidad económica de los beneficiarios.

“En Cataluña, si heredas un piso, puedes acabar pagando miles de euros en impuestos, aunque sea la vivienda familiar, aunque no tengas ingresos, y si no lo puedes pagar, lo pierdes. Eso no es un impuesto, es un castigo”, enfatiza Gruart.

El experto señala que la normativa vigente no ofrece soluciones fáciles. La ausencia de planes de pago flexibles o de ayudas directas deja a muchas familias en una situación desesperada. Los herederos deben decidir rápidamente si asumir la herencia y sus costes asociados o renunciar a ella, con la consecuencia inmediata de perder el inmueble y cualquier inversión previa que hubieran hecho.

Este escenario ha generado un debate creciente sobre la justicia y la equidad del sistema tributario en Cataluña. Para Gruart, el problema no reside únicamente en el montante económico del impuesto, sino en la forma en que afecta directamente a la transmisión familiar de bienes esenciales.

No se trata de grandes fortunas ni de herencias millonarias, sino de pisos donde han vivido generaciones. Y si los herederos no pueden pagar, el Estado se queda con la propiedad. Es un sistema que penaliza a las familias en el momento más vulnerable.

El asesor inmobiliario también advierte sobre la necesidad de planificar con antelación. Conocer la carga fiscal de una herencia y prepararse económicamente puede marcar la diferencia entre conservar un piso familiar o perderlo completamente. Sin embargo, reconoce que esta preparación no siempre es posible, especialmente cuando la herencia se produce de forma inesperada tras el fallecimiento de un familiar.

Por tanto, según Gruart, heredar en Cataluña se ha convertido en un proceso cargado de dificultades económicas y burocráticas. La combinación de un impuesto elevado, la falta de ayudas y la rigidez del sistema convierte lo que debería ser un acto de continuidad familiar en un riesgo financiero significativo. Para muchas familias, recibir un piso en herencia ya no es motivo de alegría: es un desafío que puede terminar en pérdida total.