Franc Comino
Franc Comino (Sonnen España): "Miles de baterías podrían igualar la potencia de una nuclear"
Los acumuladores son parte fundamental del modelo de autoconsumo, que consiste en generar y usar energía renovable directamente en hogares y empresas
Esto reduce la dependencia de la red eléctrica y optimiza el aprovechamiento de la energía producida
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Hace un mes, el Govern retiró del orden del día un decreto-ley que buscaba desbloquear el desarrollo de energías renovables en Cataluña. La decisión no solo reavivó el debate sobre el retraso de la región frente a otras comunidades, sino que ha evidenciado --una vez más-- que la normativa actual, junto con otros factores, lastra su avance.
Aun así, la región está avanzando en proyectos de almacenamiento, que ayudan a usar mejor las energías verdes y a mantener el suministro cuando el sol o el viento no están disponibles. Este almacenamiento incluye baterías, que guardan la energía para usarla después; y el autoconsumo, que permite a casas y negocios controlar y aprovechar su propia energía.
En este contexto, el CEO de Sonnen Spain y miembro de la comisión de energía de Pimec, Franc Comino, detalla a Crónica Global las oportunidades y retos que enfrenta Cataluña para consolidar un sistema energético más sostenible y resiliente, con especial hincapié en el uso de baterías de almacenamiento.
- ¿Qué es el autoconsumo?
- El autoconsumo es un sistema con baterías para almacenar energía en casa o en una empresa. La idea es que puedas tener un equipo que produzca y almacene energía renovable a través de placas solares, y que esa energía se pueda usar para calentar o enfriar la casa, con un rendimiento muy eficiente. Cuando no hay sol, la energía almacenada en la batería te permite seguir utilizando electricidad sin depender de la red eléctrica.
- ¿Cuánto cuesta este sistema?, ¿hay ayudas o facilidades en caso sea costoso?
- Ahora puedes instalar placas fotovoltaicas y una batería por una media de 8.500 euros. No es barato, pero precisamente el Gobierno catalán y el español se encuentran trabajando para promover medidas y agilizar los trámites administrativos. La idea es facilitar a quien quiera instalar una batería en su casa o industria y que pueda hacerlo sin tanta burocracia, aunque esto ahora mismo sigue siendo algo complejo.
- Cuando un particular quiere instalar un sistema de autoconsumo, ¿quién se encarga de gestionar los permisos: la empresa o el propio usuario?
- Los fabricantes de baterías cuentan con una red de partner de instaladores profesionales, tanto para residencial como para industria. Estos partners no solo instalan el sistema, sino que gestionan también los permisos necesarios para homologar la batería dentro del régimen de autoconsumo. Esto permite que la batería no solo produzca y consuma energía en tu vivienda, sino que el excedente pueda compartirse con otros vecinos. Se trata de ser autosuficiente y compartir la energía sobrante con los demás para beneficiar a toda la comunidad. A este modelo se les llama comunidades energéticas.
- ¿Pero este modelo no requiere de mucha infraestructura o gestión?
- Sí. De hecho, la Generalitat busca crear un gestor energético, un agregador independiente que coordine miles de baterías y pequeños parques fotovoltaicos para entregar potencia equivalente a una central nuclear. Actualmente, existe un software muy avanzado que permite agregar miles de sistemas de baterías distribuidas, tanto en los hogares como en las empresas, para sumar su potencia y que el sistema eléctrico pueda contar con una capacidad equivalente a la de grandes centrales, como una nuclear.
- El problema en España es que la regulación es muy lenta y obsoleta, y no permite que estas familias y empresas se conecten y colaboren en este modelo distribuido. Por ejemplo, un agricultor puede instalar baterías dentro de una nave industrial, con potencias como 50 kW, y si multiplicamos eso por cientos o miles de usuarios, obtenemos decenas de megavatios o incluso más, que se pueden inyectar en la red. Y no solo en interior, también pueden instalarse equipos en exteriores, lo que facilita mucho el despliegue.
- Este modelo, que ya se está implementando en países como Alemania, permite que miles de baterías distribuidas funcionen como una sola gran central nuclear virtual, aportando estabilidad y potencia al sistema eléctrico. España debería adoptar una regulación que permita esto para evitar apagones y dejar de depender menos de centrales térmicas o nucleares.
El presidente de Pimec, Antoni Cañete, en rueda de prensa
- ¿Cómo está la situación en Alemania con respecto a este tipo de almacenamiento distribuido?
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En Alemania, hay más de 20 gigavatios de potencia en baterías instaladas, lo que equivale a la potencia de 20 centrales nucleares. Además, el 80% de las baterías instaladas en Alemania están en los hogares. Esto significa que la red eléctrica alemana es mucho más resiliente y estable, porque la inercia y la regulación primaria las aportan miles de baterías distribuidas. Por eso no tienen miedo a los apagones.
Tienen una red de baterías atomizada, distribuidas por todo el país, que pueden entregar potencia cerca de donde se necesita, gracias a poder agregar miles de baterías en los sitios con congestión en la red. En comparación, en España tenemos apenas 0,7 gigavatios, lo que no es suficiente para estabilizar la red, y dependen mucho más de centrales de ciclo combinado de gas o nucleares para mantener la estabilidad. Es un contraste muy grande.
- ¿Qué rol pueden tener las pymes en este modelo de autoconsumo?
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Las pymes tienen una gran oportunidad, especialmente en Cataluña, donde hay muchas instalaciones de autoconsumo. Si integraran baterías, podrían sumar una potencia significativa. Con Pimec y su presidente, impulsamos que las pymes participen en este modelo distribuido para aportar estabilidad y aprovechar sus excedentes. La clave es cambiar la regulación para que puedan vender o aportar energía al sistema.
En Cataluña, los miles de autoconsumos podrían sumar la potencia de una central nuclear si se conectan baterías en cada pyme y familia. En España hay 500.000 instalaciones de autoconsumo que Redeia no puede ver; si fueran visibles al sistema, sería vital para evitar apagones. Ahora se ha puesto mucha energía en centrales de ciclo combinado por miedo a apagones, porque las renovables no tienen almacenamiento.
- En cuanto a la procedencia de los equipos, se habla de que la mayoría de los inversores fotovoltaicos provienen de Asia, sobre todo de China. ¿Cómo influye esto en la regulación y en las ayudas?
- Es cierto. Cerca de un 80% de los inversores fotovoltaicos en España son asiáticos, en su mayoría chinos. Esto ha generado que una gran parte de las ayudas Next Generation que España ha recibido terminen en China, porque se compra allí el equipo. Por eso, hace poco se ha empezado a exigir que para acceder a ciertas ayudas, los fabricantes deben tener parte de la fabricación en Europa, y que los datos de los sistemas se gestionen desde servidores en la Unión Europea, garantizando mayor seguridad y soberanía tecnológica.
- ¿Qué responsabilidad tienen las empresas en este cambio hacia la transición energética?
- Las empresas tienen una doble responsabilidad. Por un lado, una responsabilidad medioambiental: deben avanzar hacia la descarbonización y aumentar el porcentaje de energía local y sostenible que consumen. Por otro lado, tienen una responsabilidad de resiliencia y autonomía energética, para evitar sufrir apagones y la volatilidad de precios, garantizando la continuidad de su actividad. El almacenamiento en baterías junto con la energía solar es la clave para que las empresas puedan consumir la mayor parte posible de la energía que generan, mejorando su eficiencia y su independencia energética.