Interior del restaurante que ha cerrado sus puertas

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Adiós a este prometedor restaurante de Barcelona, tras solo siete meses en activo: "Una gran perdida para el barrio"

El negocio, dedicado a la cocina catalana, se da de baja tras probar suerte en uno de los barrios de la Ciudad Condal más cambiados y caros

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Era el 4 de enero de 2025 cuando en la calle Pujades 93 abrió sus puertas un restaurante que prometía rescatar la esencia de la cocina catalana en Poblenou. Detrás estaban el joven chef Joan Vallès (con experiencia en cocinas como Hermanos Torres, Hisop o Monocrom) y un equipo con ambición y pasión.

Desde el primer día, el restaurante Gegant ofreció platos tradicionales como cogollo asado con sardina ahumada, carrillera guisada con queso fresco o rape al horno. Un menú del día por 23,50 euros (vino y postre incluidos) y una carta nocturna corta pero contundente lograron conectar con el público local.

Pese a ello, tan solo siete meses después de su apertura, el 1 de agosto de 2025 anunciaría de forma inesperada su cierre. Un escueto mensaje en Instagram lo decía todo : "Restaurant Gegant cierra sus puertas. Lo hemos disfrutado mucho. Gracias por vuestra acogida".

Sorpresa y pérdida palpable

El cierre de Gegant generó asombro y tristeza entre los vecinos del barrio. En redes se leían comentarios como: "¡Qué lastima! Perdemos otros restaurante de calidad" o "una gran pérdida para el barrio". Al parecer la propuesta era muy querida en la zona, pese a su corta vida.

Algunos catalogaron a Gegant como una de las aperturas más prometedoras del 2025 en Barcelona, un proyecto que apostaba por la cocina catalana de proximidad y que se ha quedado fuera por falta de viabilidad económica ante los retos del entorno.

No es un caso aislado: la escalada de cierres en Pujades

El de Gegant no fue el único cierre en Pujades en las últimas semanas. Otros negocios del sector gastrónomico han bajado también sus persianas recientemente, como Bajarí, otro restaurante de cocina mediterránea, que cerró a principios de junio.

Café Labath, cafetería de especialidad vegana y origen belga, también se vio obligado a decir adiós, operando principalmente los fines de semana, después de no lograr consolidarse.

Lo cierto es que la Ciudad Condal está sufriendo últimamente una especie de epidemia de cierres: en apenas mes y medio, tres locales diferentes y ambiciosos –dos de ellos dirigidos a los vecinos y uno a un público más expat o turista– fracasaron en un tramo de apenas 300 metros.

Hace dos meses, en febrero de 2025, cerró también el Bar Bruxas, con dos décadas de historia en Poblenou, conocido por sus "esmorzars de forquilla"  y su comida casera tradicional (rabo de toro, albóndigas, fricandó, etc.).

Qué empuja estos cierres

Detrás de las bajas de estos negocios existen varios factores que se repiten de manera habitual:

  • Subida desorbitada de los alquileres y costes de funcionamiento, especialmente en un barrio que se ha convertido en uno de los más caros de Barcelona, pese a haber sido 

  • Saturación del mercado con cafeterías de brunch y franquicias que no siempre traducen afluencia en rentabilidad.

  • Modelo de negocio orientado a cultura local sin respaldo suficiente de afluencia turística constante o de clientes fieles que vivan o trabajen cerca.

Calidad no garantiza supervivencia

La historia de Gegant es un recordatorio poderoso: no basta con una cocina bien ejecutada, talento ni esfuerzo para triunfar en el mundo gastronómico actual.

Lo cierto es que aquí confluyen muchas variables: estrategia de negocio, costes fijos, demanda real y contexto urbano.

Este cierre, como el de otro similares que han tenido lugar en la zona, podría responder a la tragedia contemporánea de un barrio en transformación. De hecho, Poblenou es uno de los barrios que ha experimentado una mayor transformación últimamente.

Rambla del Poblenou

Rambla del Poblenou Turisme de Barcelona

Así, ha pasado de ser un barrio mayormente industrial, de clase trabajadora y con escasa propuesta de ocio u oferta comercial a convertirse en una de las zonas de moda para residir en la capital catalana.

Se ha situado incluso como uno de los barrios más caros del conjunto nacional y ha experimentado un estallido de cafeterías de especialidad y locales de "brunch" (con la llegada de más de 40 en solo cinco años).

Qué lecciones deja este cierre

La cocina local tiene potencial, pero necesita respaldo financiero sólido y clientes frecuentes que la mantengan.

En el contexto en el que vivimos, equilibrar identidad culinaria y estrategia es esencial. De esta forma, atender tanto a residentes como a visitantes sin depender exclusivamente de uno de los dos grupos puede ser clave para asegurar la supervivencia.