La consejera delegada de Puente China, Lidan Qi Zhou, en los despachos del grupo en Barcelona

La consejera delegada de Puente China, Lidan Qi Zhou, en los despachos del grupo en Barcelona Luis Miguel Añón Barcelona

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Lidan Qi Zhou, de Puente China: "España y China están en su luna de miel, es momento de consolidar relaciones con Cataluña"

La consejera delegada de la consultora especializada en las relaciones bilaterales ofrece varios puntos clave sobre la inversión asiática en la región, como la inmobiliaria, la sanitaria o la gastronómica

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En pleno Passeig de Gràcia hay dos plantas que trabajan con ahínco y discreción con el propósito de reforzar las relaciones entre China y España. El corazón de la empresa Puente China late en Barcelona y, aunque apenas hay rastro de ellos en las redes sociales, cualquiera del sector sabe quiénes son. Casi cada día, como comenta su consejera delegada Lidan Qi Zhou, reciben en su despacho amplio y diáfano, con vistas a las obras de Pere Falqués, la visita de delegaciones asiáticas que quieren invertir en el país

A lo largo de casi tres décadas, Puente China ha reforzado relaciones comerciales, industriales y de amistad entre las dos naciones. Una amistad que, para Qi Zhou, es imprescindible para la construcción de un nuevo horizonte económico que ya está en marcha, a la vista de los viajes intercontinentales de los mandatarios. 

En la década de los noventa, la consultora despuntó en la gestión de negocios inmobiliarios, atrayendo inversores chinos a las tierras catalanas y, a día de hoy, no se conforman solo con el patrimonio de lujo disponible en el mercado, sino que avanzan tanto en inversión tecnológica, sanitaria, como gastronómica. Puntos para reforzar la conexión entre ambas culturas en un momento especialmente dulce, como apunta Qi Zhou.

Lidan Qi Zhou

Lidan Qi Zhou Luis Miguel Añón

Se establecieron en el año 1996 en Barcelona, en un momento en el que aún se vivía el ambiente de las Olimpiadas del 92. ¿Por qué decidieron venir a esta ciudad y qué se encontraron?

Mi madre llegó por primera vez a España en el año 85. Primero pasó por Sevilla y, luego, se fue a Málaga. Mi hermana [Liling Qi Zhou, presidenta del grupo] y yo llegamos en el 89. Comenzamos con un pequeño negocio familiar de hostelería, como todos los chinos que en ese momento había en Europa. Pero mi padre, que tiene una mente muy brillante, de emprendedor, se fijó en que aquí se vendían los mecheros sin música y sin luz, lisos, por 1.000 pesetas, mientras que en nuestro país valían 100 pesetas, con música y luz. 

Así que empezamos a importar mecheros y relojes en los años 90, siendo una de las primeras empresas de origen chino que traía productos de China. Con las Olimpiadas del 92, mi padre decidió que toda la familia debía ir a una ciudad más grande, con más oportunidades. Por esta razón nos mudamos de Fuengirola a Barcelona. De repente, decían esquerra, ¡y a aprender catalán!

Ese cambio también provocó que se adentraran en el mercado inmobiliario. Una España que crecía en la época previa a la burbuja y la crisis. Después de ese período, China se encuentra ahora entre los principales países extranjeros que invierten aquí. ¿A qué se debe? 

Para China, el ladrillo es un valor seguro. Es más, en esta cultura una familia tiene que tener ladrillo, ya que da seguridad, y se le da mucha importancia en los casamientos, por ejemplo. En su día, la comunidad china estaba aquí trabajando, ahorrando dinero, y se compraba sus inmuebles. Con respecto a la inversión y los capitales chinos, aprovecharon la época de la Golden Visa para buscar una oportunidad y la comodidad de viajar libremente por Europa, por lo que compraron inmuebles de medio y alto standing.

Política de divisas severa

¿Cómo acompañan a estos inversores? Teniendo en cuenta que los expertos avisan que la burocracia española resulta confusa para los clientes internacionales.

En la parte inmobiliaria del grupo tenemos desde desarrollo de proyectos hasta transacciones y gestión de inmuebles. Acompañamos durante todo el proceso, desde la selección de producto que ofrecemos vía internet a través de WeChat —una aplicación de mensajería china— hasta la compra, o, una vez preseleccionado, gestionamos la llegada del inversor a España. Aunque, a veces vienen o, a veces, ni vienen y escogen sobre catálogo.

Una vez escogido el producto es cuando se empieza toda la burocracia, donde lo más complejo siempre ha sido el tema bancario. Por un lado, porque en China hay una política bastante severa de control de divisas, y aquí, hay un control de blanqueo de capital en los bancos, igualmente severo. Cada banco utiliza su propio criterio.

No hay uno unificado.

No, dentro de la macroeconomía, cada uno estipula sus condiciones. Por ejemplo, uno te dice que el dinero no puede venir de organizaciones criminales y, por tanto, los números de origen tiene que ser muy claros. Vale, ¿qué necesitas? ¿La renta? De acuerdo. 

Pero luego hay otros casos, como inversores que han comprado en Estados Unidos, han vendido su casa y, finalmente, quieren venir a España; y nos llegan a pedir el origen de este dinero de operaciones que han podido tener lugar hace una década. Así que esta es la parte más complicada de la inversión: justificar el origen del dinero por las políticas bancarias en el control de blanqueo de capitales, que es confuso y tardan bastante en contestar.

La retirada de la Golden Visa

¿A sus clientes qué tipo de inmuebles les interesan más?

Históricamente, siempre se han interesado en viviendas, porque es más fácil de alquilar o para uso propio, ya que muchas veces vienen con niños para escolarizarse y establecerse. Ahora, con el tema de escasez de viviendas, que es un problema real en la sociedad, también se está reorientando en ámbitos más industriales y de desarrollo urbanístico u hotelero.
Nombraba la Golden Visa, que dejó de funcionar en abril de este año. ¿Ha desincentivado la inversión china?

Sí, sobre todo al público chino que busca comprar una casa y venir a vivir. Las familias de clase media y media-alta deciden enviar a sus niños a estudiar fuera porque en China hay mucha competitividad y, también, quieren que tengan una visión más global. Así que miran dónde es más fácil conseguir ese permiso de residencia. Sobre todo, hubo un boom entre el 2014 y 2019 y, a partir del confinamiento en China a raíz de la Covid-19, por lo que entre 2023 y 2024. Pero no ha desincentivado al público que busca invertir. 
En 2020, se metieron de lleno en la importación de material sanitario y lograron gestionar la compra de 1,9 millones de mascarillas para el Govern catalán por un precio de 931.000 euros. ¿Cómo recuerda aquel momento de crisis sanitaria? 

Mis padres estaban de viaje en China, volvieron en enero y se autoconfinaron en casa. De hecho, la gente no entendía por qué los chinos se autoconfinaban, y mi padre decía que, claramente, era un tema de responsabilidad hacia la sociedad, no quería contagiar a los demás. Pero hay quien hubo que pensaba que éramos unos exagerados. Efectivamente, en el mes de marzo pasó esto.

En enero, cuando comenzó la pandemia en China, nosotros ya recaudamos fondos con ayuda de amigos e instituciones, llegando a donar 50.000 mascarillas en el país. En marzo, con la situación a la inversa, también ayudamos, con el apoyo de empresarios chinos, a la donación de mascarillas en España. Lo curioso fue que, a pesar de que la cadena de suministros se rompiera porque no había material, nosotros gestionamos la entrega desde China para sorpresa de las instituciones. Nuestros pedidos llegaban a tiempo, mientras ellos esperaban hasta 20 días. ¿Cómo era posible esto?

Lidan Qi Zhou

Lidan Qi Zhou Luis Miguel Añón

La gestión de las mascarilllas durante la Covid-19

¿Cómo?

Esto era posible gracias a los más de 20 años que llevamos sembrando las relaciones entre China y España. Cada mes, venían delegaciones chinas, institucionales, empresariales, de todo tipo, y les recogíamos en el aeropuerto, les invitábamos a comer, les enseñábamos Barcelona, ¡todo esto sin cobrar! Y lo hacíamos porque, en la cultura china, uno acoge como si fuera tu amigo y le tratas como si estuvieran en su casa.

Así que, gracias a todos estos años, invirtiendo en sentimientos y en cultura, pues, cuando necesitas algo, ellos te abren todas sus puertas. Nos dieron todas las facilidades posibles y nuestros pedidos se adelantaron a la de todos los otros países, como Estados Unidos, Inglaterra o Francia. Nuestros camiones cargaban antes que los demás, y llegaba el producto. 

Ante los casos que se conocen sobre la gestión indebida de dinero público, ¿cómo lo veían?

Nos sorprendíamos. Logramos un tercio de los precios y con transporte incluido, mientras que en estos casos es sin traslado y dos tercios más caro. Con diferencias de tiempo, también, porque nuestros pedidos llegaron entre marzo y mayo, y lo de estas gestiones en julio, cuando los precios habían caído en picado. Recordad, lo más caro era el transporte, no el producto. Si un avión normal podía valer igual 400.000 dólares, en el momento de la pandemia ascendía a 2,9 millones. Todo el mundo pujaba. Iba así. Era un mercado persa.

Veníamos de gestión de patrimonio, consultoría, despacho de abogados e inmobiliaria, y teníamos que atender todas las peticiones. Estaba en plena mudanza y me pilló el día antes de la declaración del estado de alarma en marzo, pues las cajas las desenvolví en agosto. No salimos de casa, trabajábamos todo el día, dormíamos apenas tres horas, mi hermana se desmayó tres veces de tanto trabajo... Teníamos que atender el horario español y de China para que todo saliera perfecto, porque cualquier error podía romper la cadena y que el avión llegara vacío, habiendo ya pagado todo el transporte.

Fue todo un aprendizaje.

Veías lo bonito de que todo el mundo ayudara. De las partidas que traíamos, intentábamos donar a la fundación de niños con síndrome de Down, a las monjas, a los comedores sociales, y, es más, los empresarios catalanes venían y nos ayudaban a descargar los containers y los repartían, porque no teníamos ni mozos. También, llegamos a donar a Andalucía, Madrid, Baleares, pero sobre todo a Cataluña. 
Un momento que aprovecharon para adentrarse en el área sanitaria.

Sí, por ejemplo, tenemos una pata de innovación con ingeniería propia, en la que hay tanto software como hardware. Con impresión 3D, hemos diseñado una supply box, que es una caja inteligente que ayuda a gestionar el stock de los hospitales. Hemos ganado la licitación en varios centros de Cataluña y estamos contentos con esta empresa tan nueva.

Además, nuestro objetivo es traer la buena tecnología china aquí e introducirla en los hospitales para beneficiar a los pacientes. Al igual que podemos trasladar los buenos servicios españoles al público chino y, por qué no, hacer proyectos conjuntos.

"A Illa se le pondrá la alfombra roja"

¿Qué opina sobre la gira que está haciendo el president Salvador Illa, primero por Japón y próximamente a China, o con la elaboración del Pla Àsia?

La relación entre China y España está en su luna de miel; a todos los niveles, tanto estatal, como autonómica o municipal. Es el mejor momento para consolidar las relaciones China - España - Cataluña, y tejer alianzas estratégicas, es decir, que no sea solamente en exposiciones o en relaciones unilaterales, sino un win win. En un contexto internacional tan disperso, tan confuso y y con poca seguridad, es buenísimo afianzar esta relación que se lleva cultivando desde hace mucho tiempo.

China y España llevan 52 años de relación diplomática y alrededor de 25 años de relación estratégica. Frente a los aranceles de Trump, el presidente Pedro Sánchez lo hizo muy bien y lo primero que hizo fue ir a China, diciendo que seguía creyendo en la colaboración, lo que para los chinos es muy importante. El mercado es global, por mucho que lo quieras cerrar. Cada uno aporta su valor añadido, y, más allá de la importación y exportación, es el momento de hacer proyectos conjuntos, empresas y plataformas conjuntas, es decir, de crear cosas conjuntas.

Illa será muy bien recibido y se le pondrá la alfombra roja. España y China se califican como los mejores amigos en Europa, y eso es un título importante.

Entiendo que ha echado de menos esa estrategia hasta ahora.

Sí, había esa falta, y ahora notamos claramente el interés también por parte de los chinos. Hay que entender que China mira hacia Europa como una unidad. Ve a España, a Italia, a Francia, a Noruega..., es bastante irrelevante, así que irá a donde tenga mejor relación política, económica y social. Eso quiere decir que, aunque no hayan facilidades, no se pondrán trabas.

Por ejemplo, nadie pensaría ahora en invertir en Estados Unidos porque, lo primero que harán, sería vetar. Entonces, irán hacia donde haya una mejor relación, porque la base de cualquier relación es la confianza.
¿Aprovecharán este momento?

Ayudamos a la compra de inmuebles, pero también a las empresas españolas que quieren entrar en el mercado chino. Otro proyecto, somos socios de Enrique Tomás [empresario de la cadena de japones más grande del mundo] en China, con quien abrimos el año pasado cuatro tiendas en el aeropuerto de Shenzhen, y en breve celebraremos nuestro primer aniversario.

Después de este primer año de inversión y de formación, comenzamos la fase de crecimiento, y estamos muy contentos. La idea es expandir al resto de aeropuertos; y, ahora, estamos introduciendo la gastronomía española en los hoteles de cinco estrellas, donde ya hay, y en los supermercados.

Más conectividad aérea

¿En qué beneficia la ampliación del aeropuerto El Prat?

La conectividad con las ciudades prioritarias, como Shenzhen, Shanghai o Pekín, ya las tenemos, pero falta Cantón. Pero luego hay otras ciudades, como Xi'an, donde hay muchísima gente. Hay que mapear, ya que China es
 enorme y tiene urbes con una población de diez millones de personas, o las provincias, a donde podría llegar una conexión directa. Nos interesa el aeropuerto de El Prat, y esto ha sido muy bien recibido. 

En la inauguración de las tiendas de Enrique Tomás fuimos una delegación de 30 personas de empresas catalanas. Allí enseñamos cómo puede ser una ciudad pesquera que hace unos años eran apenas 40.000 habitantes y ahora son 23 millones de personas.

Un sitio en el que todos los coches son eléctricos, y el lema es "tómate un café y tienes el coche cargado", donde la aplicación del ayuntamiento tiene 120 trámites que los haces a través de un botón... Los empresarios decían, esto es Europa en 2050. No sabían que China fuera tan bien. 
El año que viene cumplen su 30 aniversario, ¿cuáles son sus objetivos para seguir creciendo?

La idea es trabajar para mostrar al público español una China verdadera a nivel cultural, social y económico. Lo mismo al revés, y dar a conocer Cataluña y España. Como hacemos a través de la Fundación Puente China, en donde impulsamos desde 2013 el intercambio de una treintena de alumnos de entre 13 y 17 años, para que estén durante una quincena con sus homólogos chinos. La semilla de la amistad se siembra desde pequeños.

Ese siempre ha sido nuestro objetivo. Todo el mundo está interesado en China, hay un respeto por nuestra cultura milenaria y aprovecharemos esta luna de miel que hay entre los dos países. Además, las dos naciones tienen un sector estratégico muy similar en cuanto a energía limpia, tecnología, aplicación a la salud, inteligencia artificial o la gastronomía.

Este punto es un reto y una prioridad para el año que viene. Estamos apostando muchísimo por los productos españoles, ya no solo el jamón, sino el aceite, el vino, la sal de Eivissa, o los turrones, gracias a que el Mediterráneo tiene sello de de calidad, y queremos que llegue a las familias chinas.

Y, por supuesto, seguir tendiendo puentes para que haya más conocimiento.