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La cadena de centros de estética Europiel España ha cerrado su sucursal en Reus (Tarragona) sin previo aviso, dejando a decenas de clientas afectadas con tratamientos pagados a medias y sin ninguna explicación. Mientras algunas ya han presentado denuncias ante los Mossos, otras se coordinan para impulsar una demanda colectiva.

La situación de insolvencia de Europiel Belleza de España SL --matriz de las clínicas de depilación láser Europiel-- se remonta a enero pasado, cuando la compañía solicitó ante el Juzgado de lo Mercantil número 3 de Valencia el preconcurso de acreedores con el objetivo de alcanzar un acuerdo de refinanciación, tras declarar un pasivo superior a los 388.767 euros. 

En paralelo, la empresa fue cerrando sus centros en las provincias de Granada y Málaga (Andalucía), lo que provocó malestar entre sus clientas. A raíz de esto, varias de ellas han trasladado sus quejas a asociaciones de consumidores como Facua y Adicae.

"Cancelaron la cita una hora antes"

Sonia, de 26 años y vecina de Vila-seca, tenía cita el 22 de abril en el centro de Europiel en Reus. Una hora antes, recibió un mensaje por WhatsApp que cancelaba la sesión por "causas de fuerza mayor". Llamó después al centro, pero nadie respondió.

“Los días siguientes fui al centro y no había nadie. El personal de seguridad me dijo que regresara otro día, cuando la trabajadora estuviera. Cuando volví a ir, el mismo me dijo que el 30 de abril se habían llevado las máquinas del centro y que habían cerrado", narra la joven a Crónica Global. 

De inmediato, acudió a interponer una denuncia ante los Mossos y ahora participa en un grupo que busca poner una demanda colectiva. Sonia comenzó su tratamiento en abril de 2024 y su última cita fue el 19 de marzo de este año.

Había pagado 700 euros por diez sesiones, abonando en pagos mensuales, y ya había completado el pago correspondiente a ese mes. Además, señala que intentó contactar con la empresa a través de la aplicación móvil, pero sin éxito.

Más de 6.000 euros en tratamientos

Elisa, nombre ficticio, decidió contar lo que le ocurría en Reus en una página que se había abierto en Facebook con el testimonio de personas afectadas. Hace una semana, logró montar un grupo con varias de ellas y, ahora, se encuentran estudiando las medidas jurídicas pertinentes para interponer una denuncia colectiva contra la mala praxis de la empresa. 

En total, Elisa se ha gastado unos 6.000 euros en tratamientos desde que comenzó en la sucursal de Reus en 2020 y, en la actualidad, aún le quedan pendientes varias sesiones por recibir.

Se queja de que, desde un principio, solo permiten contratar packs de diez citas y que, al contrario de lo que prometen, no es suficiente para eliminar el vello, sumando con que no se le ha practicado ninguna de las radiofrecuencias que contrató. Por tanto, denuncia una publicidad engañosa

"La primera vez que fui, me hicieron entregar la tarjeta de crédito y la fotocopiaron", comenta. Con estos datos bancarios, la marca se siguió cobrando los servicios, a pesar de no ofrecerlos. Sin ningún tipo de aviso, se encontró con las puertas cerradas de la oficina que hay en la localidad después de varias cancelaciones que, justificaban, era por "motivos de fuerza mayor".

"Queremos un mensaje de disculpa y que nos den lo que hemos pagado, tenemos derecho a nuestro tratamiento", afirma. La única respuesta con la que cuenta hasta la fecha por parte de la empresa es que volverá a reabrir en un futuro, "pero no sabemos en qué fecha ni de qué forma ofrecerán los servicios que quedan sin hacer". "Que no nos engañen", pide. 

Deuda de 3.000 euros

Un relato similar comparte Patricia, que, en su caso, iba acompañada por su hija de 13 años a estas sesiones. En total, llevaba gastados otros 6.000 euros desde que inició los tratamientos con la firma en 2019. Contrató la depilación completa en todo el cuerpo, pero su sorpresa llegó cuando la aplicación móvil que utilizaba dejó de funcionar y, en la actualización, no salía su historial.

Alarmada, decidió enviar una serie de correos electrónicos el 27 de febrero, pero la respuesta fue contundente: ya estaban cerrados. En todo caso, le quedaba la vía judicial, pero su horario laboral le impide ejercer este derecho.

A los mensajes que ha tenido acceso este medio se constata que la empresa confirmó como pendiente de resolver su expediente, pero le recomendaba a la clienta "estar atenta a las redes sociales, donde estaremos publicando información sobre la reapertura de las sucursales".

"Para evitar que su tratamiento se vea interrumpido, le ofrecemos la opción de gestionar un cambio de sucursal", explicaba otro correo. Teniendo en cuenta que la oficina de Reus cerraba, a Patricia solo le quedaba la opción de: viajar a otra comunidad autónoma. Un ofrecimiento para intentar saldar la deuda de 3.000 euros que mantienen con ella. "Me decían que lo tendrían en cuenta, pero viendo todo esto, es mentira", lamenta, "me han dejado sin dinero y con pelo". 

Facua

La organización de consumidores Facua alertó en febrero de este año a través de un comunicado de la recepción de varias quejas. Tras estudiar lo ocurrido, advirtieron a los usuarios del cierre de las sucursales de esta marca ubicadas en las provincias de Málaga y Granada.

Entonces, alertaron a los clientes de que tenían el derecho al reembolso del importe de los bonos y tratamientos que hubieran pagado y no fueran a recibir, como ocurre también en Cataluña.

A pesar de la insolvencia, la empresa está obligada a cumplir con los compromisos adquiridos, razón por la que tendría que reintegrar a los clientes el importe de los tratamientos o la parte proporcional de los mismos.

Para que quede constancia de lo sucedido, recomienda realizar las reclamaciones correspondientes, conservar toda la documentación y solicitar su historia clínica para reclamar el crédito del tratamiento no realizado. 

No es la primera vez que hay quejas sobre Europiel, ya que, como confirma Facua a este medio, en el año 2021 recibieron una reclamación contra la compañía que aún sigue abierta.

¿'Modus operandi'?

El caso no solo ha cobrado relevancia a nivel nacional, sino que también se extiende a algunos de los ocho países donde opera Europiel.

En un grupo de Facebook con más de 800 miembros en España, se denuncian diversas 'malas prácticas' de la compañía, incluyendo situaciones reportadas en ciudades de México. De todos modos, las clientas españolas se están organizando por provincias para presentar el caso ante los tribunales.

Serie de caídas

La situación de Europiel no es un caso aislado: varias empresas del sector han enfrentado dificultades financieras y han cerrado, dejando a miles de clientes con tratamientos pendientes. Entre ellas, se encuentran Centros Únicos, Ideal, Hedonai y Dermitek.

En el caso de Centros Únicos, la cadena anunció en septiembre de 2024 su intención de liquidarse debido a problemas económicos. La empresa matriz, Mosea Investments SL, que gestionaba cerca de cien centros, se declaraba insolvente con deudas cercanas a los 60 millones. La cadena fue adquirida finalmente por Athena Dynamics en enero de 2025. 

Las clínicas Hedonai, por su parte, llegaron a contar con 36 locales en su apogeo. Tras una caída, fueron rescatadas en 2017 por el fondo de capital privado Sherpa, que invirtió 20 millones para evitar la quiebra. A pesar de estos esfuerzos, la empresa entró en concurso a principios de julio de 2024.

En octubre de 2024, cuatro de las empresas integrantes de Grupo Stop entraron a concurso de acreedores voluntario. Entre ellas, se encontraba la matriz SD Bloc Capital, a la que pertenecía Dermitek. En total, los estados contables arrojaban unas deudas de 30 millones de euros y unas pérdidas desde 2017. 

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