Josep Oliu (izq.), presidente de Banco Sabadell, conversa con su homólogo de BBVA, Carlos Torres / EP

Josep Oliu (izq.), presidente de Banco Sabadell, conversa con su homólogo de BBVA, Carlos Torres / EP

Business

La crisis arancelaria despierta dudas entre grandes inversores sobre la OPA de BBVA al Sabadell

La entidad oferente soporta mejor el duro castigo de los mercados, en un escenario de guerra comercial que pondrá a prueba la solvencia de las entidades financieras

Más información: Donald Trump entra en escena en la OPA de BBVA sobre Banco Sabadell

Publicada

La guerra comercial extrema lanzada por la Administración Trump ha sembrado el pánico y el caos en los grandes mercados financieros de todo el mundo. Y sobre todo dudas, muchas dudas ante la posibilidad de que se dé un radical cambio de escenario. Esta sensación ha llegado incluso hasta procesos como el de la OPA hostil de BBVA sobre Banco Sabadell.

Al margen de la decisión que finalmente tome el regulador de Competencia y, en última instancia, el Gobierno, sobre la eventual fusión de ambas entidades, los inversores parecían haber dictado sentencia.

Prácticamente desde que se inició 2025, las acciones de Banco Sabadell cotizan por encima de la contraprestación incluida en la oferta. Y además, la distancia se ha incrementado de forma paulatina, a medida que los inversores han conocido tanto los resultados de las entidades en 2024 como sus políticas de dividendos y los mensajes lanzados en las respectivas juntas de accionistas.

Pero el tsunami que se ha cernido sobre las bolsas a raíz de que la Casa Blanca anunciara la implantación con carácter inmediato de agresivos aranceles a los productos llegados del exterior amenaza con cambiar el escenario. 

Los desplomes bursátiles se han cebado con la banca, dadas las crecientes probabilidades de que la primera economía del mundo entre en recesión a causa del recrudecimiento de la batalla comercial. E incluso, de situaciones más extremas como la temida estanflación (escenario combinado de nulo crecimiento e inflación al alza).

Sin embargo, en medio de la crisis desatada en las bolsas, la cotización de BBVA ha mostrado mayor resistencia que la de Banco Sabadell. Es cierto que, en el balance global, las diferencias no han sido demasiado ampliadas. Los títulos del banco que preside Carlos Torres se han dejado un 15% en las tres últimas jornadas; por su parte, la entidad catalana ha menguado su capitalización un 17,2%. 

La evolución de Naturgy, en las pantallas de la Bolsa de Madrid / EP

La evolución de Naturgy, en las pantallas de la Bolsa de Madrid / EP

Más significativo fue el tramo inicial de la sesión de ayer lunes. Las bolsas europeas daban los primeros pasos de su tercera jornada a la baja por la crisis arancelaria, y las acciones del Sabadell llegaron a caer por encima del 17%; en esos primeros momentos de volatilidad extrema y confusión, BBVA moderaba el castigo hasta entornos de entre el 7% y el 8%.

En aquellos instantes, el escenario de prima negativa se había esfumado. Aunque con el transcurso de la sesión las cotizaciones volvieron a acoplarse de forma progresiva, el movimiento apunta a que el actual y convulso escenario ha despertado dudas entre los grandes inversores, aquellos que son capaces de mover valores de este tamaño.

Del precio al escenario hostil

"Las dudas no tienen que ver con el precio. El veredicto del mercado está muy claro en este punto. Pero sí con la posibilidad de entrar en un contexto económico y comercial mucho más complejo", apuntan desde un banco de inversión. 

"La cuestión que se abre a partir de ahora es si, con vistas a ese nuevo horizonte, resulta más conveniente afrontarlo desde una entidad más fuerte, con mayor escala; o en otra con una gestión óptima pero con mayor riesgo de sufrir en un escenario hostil".

En torno a los precios, los inversores ya dictaron sentencia. Fuentes del mercado señalan que su posición ha ido virando con el paso de los meses desde posturas notablemente favorables a aceptar la oferta de BBVA a un extremo prácticamente opuesto.

Antes del pasado verano, incluso el propio consejero delegado de Banco Sabadell admitía que los grandes institucionales eran tradicionalmente receptivos a este tipo de operaciones. César González-Bueno apeló por entonces al desarrollo de los acontecimientos, la evolución de los negocios y el pronunciamiento de los reguladores para terminar de esclarecer la situación.

La prolongación en el tiempo de una situación como la propiciada por el presidente de EEUU, Donald Trump, podría hacer que la balanza se inclinara hacia las tesis defendidas por el Banco Central Europeo (BCE). El organismo emisor y regulador es uno de los principales defensores de esta y otras operaciones de consolidación, bajo la premisa de que la eurozona precisará de entidades más grandes y solventes, capaces de afrontar de manera óptima escenarios especialmente adversos. 

Es decir, como el que puede darse si las negociaciones entre bloques en materia comercial no llegan a buen puerto o se demoran en demasía. Lo suficiente para ocasionar un deterioro económico que llegue a la economía real, a los ahorradores, a las familias.