Reanimación cardiopulmonar (RCP) a la funeraria municipal de Reus (Tarragona), que aspira a convertirse en una empresa que dé servicio a toda la provincia. El gobierno municipal no ha renovado el contrato de la mujer del gerente, colocada a dedo, ha echado a otra empleada y el máximo directivo ha respondido cogiendo la baja médica.
Lo han detallado fuentes conocedoras de la crisis en la empresa. Precisan que el primer movimiento de relevancia ha sido la no renovación del contrato de la pareja de José Antonio Álvarez, el polémico gerente de Serveis Funeraris Reus i Baix Camp.
El directivo la había fichado sin concurso, hecho que suscitó críticas dentro y fuera de la empresa.
Álvarez, de baja
En paralelo a la salida de su compañera sentimental, el gerente se ha apartado de la dirección de la funeraria. Álvarez se encuentra actualmente de baja médica, según ha podido saber este medio, de manera que otros han cogido el timón de la firma. Se desconoce si volverá.
Eso sí, al alto cargo le queda aún contrato en vigor, dado que Reus también lo incorporó a dedo, tal como explicó Crónica Global en su día.
Imagen de la parte de la plantilla de la funeraria de Reus
Será el gerente de la polémica FuneCamp
Que Álvarez figure --o no-- al frente del operador local es importante. Porque de esta empresa de Reus nacerá FuneCamp, la compañía de final de vida que quiere dar servicio a buena parte de Tarragona.
El proyecto ha embarrancado, pero la segunda ciudad provincial quiere que el profesional pilote la salida al mercado de la empresa supralocal.
Negociación
Antes de que vea la luz Funecamp, el ayuntamiento impulsor, Reus, está tratando de poner orden en su empresa. Según las fuentes consultadas, Serveis Funeraris ha comenzado a negociar con algunos trabajadores con los que tenía pleitos pendientes para alcanzar un acuerdo y no llegar a juicio.
Asimismo, en esta clave de mano tendida se lee la no renovación de contrato a una tramitadora contratada para cubrir el puesto de otro empleado despedido.
Desautorización a la edil de ERC
Este cambio de estrategia supone una desautorización a la gestión que ha hecho ERC del asunto. La concejal republicana Montserrat Flores, responsable política de la sociedad, había negado hasta ahora la crisis.
El cambio de tercio en la gestión interna supone una censura a su falta de proactividad y capacidad de diálogo, insisten fuentes políticas.
Conflicto interno
Y es que la empresa municipal sigue afectada por un grave conflicto interno que implica, al menos, a un tercio de la plantilla.
Los empleados han denunciado actitudes despóticas de la gerencia y acoso --también a la Inspección de Trabajo--, así como despidos e incluso seguimientos a empleados para rescindir sus contratos.
La alcaldesa de Reus, Sandra Guaita, en un pleno municipal
Crisis política
Esa corriente de malestar ha derivado en una crisis política de primer orden en Reus, y se ha trasladado también a las otras poblaciones que inicialmente participan del proyecto: Salou, Vila-seca y Constantí.
Quizá por ello, por la fuerte contestación en el operador actual, el nuevo aún no ha echado a andar. Pero la alcaldesa Sandra Guaita (PSC) lo mantiene en su agenda.
Tres recursos
Hay otros problemas. Tres empresas del mercado funerario han llevado la génesis de Funecamp a los tribunales, al considerarla competencia desleal. Alegan que se convertirá en un monopolio "pagado con dinero público".
Sus pleitos han recalado en un juzgado contencioso de Tarragona, que los estudia. Esta misma semana, Salou resolvió presentarse como parte en el asunto.
Tendrá pérdidas, según KPMG
Parte de sus impugnaciones se basan en un demoledor dictamen de la consultora KPMG, que ha alertado de que FuneCamp tendrá pérdidas desde el primer año. Es así, razona una de las big four, porque Reus tendrá que repercutir el coste del cementerio municipal, que es muy alto, a la sociedad provincial.
Por ello, el informe prevé que la funeraria provincial tenga cash-flow negativo desde el primer ejercicio, algo que obligará a inyectarle fondos municipales.