El 29 de enero de 2024, el Ayuntamiento de Tarragona comunicó que la empresa francesa GBI Paprec era la firma escogida para gestionar el servicio de limpieza de la ciudad con un contrato de 234 millones de euros y vigente durante la siguiente década. Un movimiento que representó el fin de un monopolio que tenía Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) desde hacía 60 años. No es el único caso: la cotizada ha pasado de líder absoluta en Cataluña a casi proscrita.
En la capital provincial, dos de las perdedoras del concurso, Urbaser y la misma FCC, presentaron un recurso al Tribunal Catalán de Contratos del Sector Público. Dicho organismo, a principios del pasado mes de julio, revocó la decisión del consistorio, principalmente por razón que la empresa francesa planteaba soluciones técnicas no recogidas en la licitación, y excluyó del proceso a GBI Paprec.
Denuncia en la Guardia Civil por espionaje
Un asunto judicial que se acentuó cuando el Ayuntamiento de Tarragona quiso poner la directa con una nueva adjudicación a Urbaser, acto que provocó una demanda por parte de GBI Paprec.
Por el camino, la técnica municipal responsable del contrato presentó una denuncia en una comandancia de la Guardia Civil por sospechas de espionaje.
FCC ha pasado "de líder a polémica"
Fuentes del sector de los residuos destacan que la pérdida del contrato de Tarragona es "un punto de inflexión" negativo para FCC. Estas voces relatan que la empresa, en los últimos tiempos, ha recibido, entre otras reclamaciones, quejas sobre la poca renovación de sus vehículos y equipos de trabajo.
Esta misma semana, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha rechazado un recurso de FCC Medio Ambiente contra la adjudicación del contrato de la limpieza de Reus a la UTE Valoriza Servicios Medioambientales Romero Polo.
Hasta 2021, Fomento también era la titular del servicio de limpieza urbana en la capital del Baix Camp. Como en Tarragona, lo perdió.
El negocio en Barcelona y el resto de Cataluña
Actualmente, según datos extraídos del registro de contratos del Sector Público de la Generalitat, el principal contrato de FCC en el campo de los residuos en Cataluña es un lote de 846 millones de euros del Ayuntamiento de Barcelona.
La lista de encargos más destacados, vigentes más allá de este 2024, la completan Cornellà de Llobregat (101 millones), Manresa (90 millones), Granollers (47 millones), Salt (7,2 millones), Vilanova i la Geltrú (5,3 millones), el del Consell Comarcal del Ripollès (12,6 millones) el, Àrea Metropolitana de Barcelona (5,6 millones) y la Universitat Rovira i Virgili (1,9 millones) de Tarragona.
Choques con Colau y Albiol
Algunas de estas externalizaciones han estado rodeadas por la controversia. En 2017, durante el primer mandato de Ada Colau (BComú)en Barcelona, el ayuntamiento impuso una multa de siete millones a FCC por incumplimiento de sus obligaciones en la limpieza y la recogida de residuos en la capital catalana.
En la vecina Badalona, el conglomerado que dirige Pablo Colio ha encajado quejas oficiales del alcalde, Xavier Garcia Albiol (PP) e incluso un expediente sancionador, como detalló Metrópoli.
"Los alcaldes no la quieren"
Las fuentes consultadas destacan otros conflictos que no salen a la luz pública. "Los contratos públicos en Cataluña tienen cierto componente de acuerdo verbal entre admiinistración pública y empresa. Pues bien, FCC lo exige todo por escrito. Es un engorro para los alcaldes, que han dejado de quererla", detallan.
Hay más. "Esa posición de o por escrito o nada denota que la compañía no se sabe mover en Cataluña. Tiene poca cintura para negociar con los gobiernos municipales y desde Madrid lo exigen todo sobre folio, lo que deja vendida a la delegación catalana", ilustran.
FCC guarda silencio
La empresa no ha respondido a las reiteradas demandas de Crónica Global para valorar los contratos que perdió y los que tiene. FCC tampoco ha querido desvelar los municipios de Cataluña en los cuales ha dejado de operar entre los años 2019 y 2024. El consejero delegado de FCC Medio Ambiente, la sociedad del grupo que aglutina los trabajos de limpieza, es Íñigo Sanz.
En la autonomía catalana, la cara visible de la empresa en la demarcación de Tarragona es Miguel Ángel Quero. Ingeniero Químico por la Universitat Rovira i Virgili, ha trabajado entre bambalinas de Fomento, tanto en Tarragona como en la zona de Lleida, desde 1999.