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La justicia ha dado el primer paso para convertir la caída de Harley Davidson en Barcelona en una causa múltiple por presunta estafa. El juzgado de Instrucción que ordenó los registros en el mayor concesionario de la marca en la Ciudad Condal y los domicilios de los gestores y propietarios ha derivado el asunto a otra sala que ya investigaba el colapso del negocio. 

Es lo que subyace en un auto de la sala número 27 de Barcelona de 15 de noviembre al que ha accedido este medio, en el que se acuerda la inhibición de esta instancia en favor del juzgado número 2, en el que ya se instruía un caso anterior por supuesta estafa con las motos.

El trámite no ha concluido, porque el segundo juzgado debe aceptar esta inhibición, detallan fuentes judiciales. Cuando ocurra, la causa mutará a investigación por presunta estafa múltiple. 

Tres versiones distintas

A la espera de que se aclare la situación judicial, conviven tres versiones distintas sobre por qué Harley BCN, el mayor hub motero de España y el primero que distribuyó las icónicas motos en nuestro país, colapsó. 

Como avanzó este medio, el área de Investigación de los Mossos d'Esquadra de Sarrià-Sant Gervasi trata de vincular el asunto con una causa anterior por presunto delito contra la salud pública por medio de cultivo masivo de marihuana. La policía se basa en un caso judicial vivo en el Maresme en el que estuvo investigado uno de los financieros italianos de Harley. Ya no lo está. 

Quizá por ello, esta tesis narcótica no ha agarrado, y se ha diluido. 

¿De quién fue la culpa?

Casi descartada la línea de investigación de la droga, perviven otras dos versiones sobre quién es responsable por el hundimiento del polo motero nacional. El heredero familiar, Toni Solano, alerta de que es una "víctima" de dos empresarios italianos que le aportaron financiación. De hecho, el joven insiste en que está ayudando a la investigación judicial y policial para esclarecer el escándalo. 

Por su parte, los financieros transalpinos rechazan esta historia. Detallan que aportaron una póliza de crédito de un banco catalán a Harley BCN, pero que Solano la impagó. Aducen que las ventas fraudulentas las hizo el benjamín, y que ellos apenas sostuvieron una empresa en problemas. Lo hicieron por medio de una póliza que avaló un familiar de ellos, al que ahora la banca perseguiría. 

Clientes atrapados

En este magma empresarial, lo factual es que hay al menos una docena de clientes afectados. Entregaron sus motos Harley al punto de venta-taller para que las vendieran de segunda mano, pero jamás recibieron el dinero. Uno de ellos denunció ya en 2022, como avanzó Crónica Global. 

Esta antigüedad de las anomalías han puesto la diana sobre la multinacional y su política de franquicias: cada una opera de forma absolutamente independiente, sin vinculación. Si cae una tienda, ni las otras ni la matriz se hacen responsables de nada. Es lo que ha pasado en el polo de las dos ruedas de Turó Park, al que acudían moteros de toda Europa por su tamaño y por ser icónico. 

Globalmente, Harley Davidson, que permanece muda en la crisis de Barcelona, ha encajado una caída mundial de ventas, aunque sigue en beneficio: el resultado operativo en el tercer trimestre de este año alcanzó los 106 millones de dólares, 94 millones de euros al cambio actual.