Primera víctima de la fuga de la Copa América de vela de Barcelona. Ignasi Armengol, director general de la Fundación Barcelona Capital Náutica (FBCN), se marchará en las próximas semanas. Así, se nombrará a otro CEO de la parte pública de la Copa después de que el Emirates Team New Zealand (ETNZ) anunciara que se va de la Ciudad Condal.
Lo han explicado fuentes cercanas a la fundación, que han detallado la "salida" del director general en las próximas semanas. Según estas voces, Armengol dejará el organismo de coordinación pública tras algunas tensiones sobre su gestión.
Estas se centran en la "escasa participación ciudadana" en la carrera de regatas, que se achaca a "un trabajo de sensibilización tardío y escaso".
Armengol admite "otra oferta laboral"
¿Qué dice el directivo? En conversación con este medio, Ignasi Armengol se ha limitado a constatar que "cuenta con otra oferta laboral" en la que abordar nuevos retos.
El alto mando, que llegó a dirigir el poderoso conglomerado de empresas Barcelona de Serveis Municipals (B:SM) y dimitió ante el ninguneo del gobierno de Ada Colau, apuesta por una salida ordenada, en la que él "siga teniendo un papel de ayuda" al nuevo director o directora general.
Primera baja tras el adiós de la Copa
Lo factual es que el adiós de la Copa América de vela de Barcelona se ha cobrado la primera cabeza. Los hechos se han precipitado en pocas horas: el martes, ayuntamiento y Emirates Team New Zealand rompían su relación, y el equipo de Grant Dalton anunciaba que se marchaba de la ciudad.
A las pocas horas, Foment del Treball emergía indignado y anunciaba un "último esfuerzo" para retener la liza náutica. Y el lobi Barcelona Global, que atrajo la competición por medio de su agencia Barcelona & Partners, también pedía que no se tomara la decisión sin él.
Cae Armengol y reunión de la FBCN
Hoy viernes, se conoce la salida de Armengol de la fundación. Pero se está intentando aguantar para desvincularla del plantón de la Copa América. Lo factual es que está vinculada, insisten estas fuentes, porque Dalton "está quejoso de la escasa campaña de sensibilización ciudadana que se ha llevado a cabo".
Ha empezado pues la trifulca por la marcha de la carrera marítima, que ha atraído a 2,5 millones de visitantes a la ciudad, según su organizador. Y el pulso puede ir a más, pues el martes se reunirá el comité ejecutivo de la FBCN.
Este grupo de trabajo lo preside el empresario Daniel Puig, conocido de Grant Dalton y otro de los hombres clave en atraer la Copa a Barcelona. El cónclave del martes, pues, podría ser tenso.
Dalton quiere el Mediterráneo
Por lo pronto, el organizador de la regata centenaria ya busca nueva ciudad-sede para la próxima edición. Y fuentes cercanas a Grant Dalton, CEO del Emirates, apuntan a que este quiere quedarse en el Mediterráneo. Quería Barcelona, pero el no municipal hizo que tirara la toalla.
Ahora, Valencia emerge como gran favorita. En la ciudad del Turia, ayuntamiento y Govern están alineados para captar el desafío náutico. Ya se celebró allí en 2007 y 2010, y la urbe tiene la infraestructura creada. Frente a esta opción, Málaga también aparece fuerte, y Yeda (Arabia Saudí) jugaría la carta del dinero, aunque no es la primera preferencia del Emirates.
Segunda marcha de Armengol
En el capítulo profesional, la salida de la fundación significa la segunda marcha de Armengol de un gran proyecto por las injerencias políticas. El alto cargo, que cuenta con una dilatada trayectoria al frente de corporaciones públicas, ya tuvo que dejar B:SM en 2017 porque BComú se inmiscuía en su trabajo, avanzó este medio.
Se marchó a Panamá, donde dirigió la compañía de transporte urbano durante tres años. Después, regresó a España y fichó por Vectalia, un operador de movilidad urbana con presencia en el sur de Europa y Marruecos. Desde esta firma, pasó a la fundación.
La contradicción política-empresa aleja la Copa
La salida --o cambio profesional-- de Armengol es la primera consecuencia del adiós de la Copa América de Barcelona. El torneo ha sido víctima de la tensión inherente entre la política y el mundo económico: las Administraciones, sobre todo el ayuntamiento, no quieren otra edición, pero el empresariado, sí.
Este choque de intereses se ha resuelto --de momento-- con el plantón del Emirates a Barcelona. Una decisión "definitiva y no reversible", explican fuentes cercanas a Dalton, que afean que "se presentara una posición inamovible" al organizador y, ahora, "algunos se arrepientan".
Los patronos lo entienden: "Tres años de penitencia"
Eso sí, desde el sector privado que apoyó la Copa se "entiende" la posición municipal. Un alto directivo del sector financiero que ha participado en el evento ha admitido a este medio que "repetir la Copa en Barcelona le generaría al gobierno municipal dos o tres años de protestas" de la izquierda populista, con los comunes y la CUP como espoleta.
Se afea que "el cálculo político" haya matado un torneo "que ha sido positivo, con escaso coste para la ciudad", y, sobre todo, "que se tomara la decisión de forma rápida y unilateral", sin contar con el patriciado. Porque fueron las grandes familias quienes, a la postre, convencieron al Emirates de que Barcelona era una opción viable. Y pusieron dinero para ello.