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La educación financiera en España "deja mucho que desear". El diagnóstico es claro, como lo es también su receta: apostar firmemente como sociedad por extender su conocimiento en los distintos niveles. Es una de las conclusiones de la mesa redonda organizada por Crónica Global CaixaBank, en la que también han participado Foment del Treball, Esade y el Institut d'Estudis Financers (IEF) para abordar los retos en la materia.

El encuentro ha servido para poner en valor que "la educación financiera no sólo es importante a nivel personal, sino también a nivel de sociedad". Así lo sostiene Josep Lop, responsable del programa de formación Aula para accionistas en CaixaBank, quien se apoya en un estudio de la OCDE para aseverar que "si un país mejora la educación financiera de su población en un 15%, aumentará su Producto Interior Bruto (PIB) en un 1%". "Es un tema muy importante que afecta a todos", ha agregado.

Es por ello que la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri organiza formaciones en el ámbito de forma recurrente y "abiertos para que los aproveche todo el mundo". No sólo dirigidas a accionistas en Bolsa, sino también a la ciudadanía en general, gran desconocedora de "conceptos tan básicos que da hasta vergüenza preguntar".

Además de sus cursos presenciales en las principales ciudades de España y los vídeos difundidos en redes sociales bajo el título Formación sobre ruedas, cabe destacar que un promedio de más de 700 interesados se conectan al webinar mensual organizado por CaixaBank.

A todos los niveles

El desconocimiento financiero es general. Va desde los alumnos de institutos hasta emprendedores y accionistas del país, pasando por los futuros hombres y mujeres de negocios que ingresan en centros de referencia como Esade o acuden a los cursos de Foment e IEF. A nivel empresarial, David Cortacans es contundente: "La falta de conocimiento financiero es el principal motivo por el que se cierra un negocio".

El presidente de la comisión de Financiación de Foment recuerda que "se cierran más empresas de las que se crean", y que "nacen y mueren con una velocidad increíble", "principalmente" por este motivo. "Por mucho que funcione un negocio, si está mal financiado desde el principio, no tiene ninguna posibilidad de supervivencia". Así lo asegura Cortacans, quien incide en que "más del 50% de las empresas catalanas y españolas son microempresas".

"Cuando tienes una empresa, tienes 1.000 frentes abiertos y lo único por lo que miras es solucionar el problema que tienes en ese momento, pero ello tiene una serie de efectos colaterales que pasan factura a largo plazo", explica el experto, insistiendo en elaborar una planificación correcta y de la mano de asesores: "Hay que pedir ayuda desde el principio, no cuando saltan las alarmas, porque entonces es demasiado tarde".

Los expertos también ponen el acento en el riesgo que suponen las redes sociales, donde proliferan comunidades lideradas por infuencers que enseñan falsamente cómo ganar dinero sin trabajar, o animan a invertir en ciertos productos como criptomonedas sin conocer el riesgo que supone. 

Jordi Fabregat, profesor del departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad de Esade, recomienda ser "autodidacta en bricolaje", pero no en esta materia. "Hay entidades que llenan estadios diciendo a los jóvenes que no hace falta ni estudiar ni trabajar porque se pueden hacer multimillonarios fácilmente, y esto destroza a muchas familias. Parece mentira que haya gente que puede creérselo, y eso muestra la necesidad de extender la formación financiera a un nivel muy básico", según sus palabras.

Un guante que recoge Jordi Martínez, director de Educación Financiera en Institut d'Estudis Financers, al aseverar que "no dan duros a cuatro pesetas". Su entidad ha lanzado un podcast y difunde vídeos de medio minuto con los que explican "con rigor y en el formato que les gusta a los jóvenes información útil de la mano de expertos". Para tener "bienestar personal y financiero", se deben cumplir tres condiciones: tener un control de gastos, un "colchón de emergencia" que permita cubrir los gastos de entre tres y seis meses, y alinear los objetivos vitales y financieros con las acciones diarias.

A este respecto, Lop llama a aprovechar el poder del interés compuesto para actualizar el ahorro en base a la inflación y ahorrar con la vista puesta en el futuro -en especial, en la jubilación-. Y recomienda un sistema de "ahorro automático"; es decir, la reserva de una cantidad determinada de dinero en el momento de recibir la nómina para garantizar una aportación mensual. Fabregat recomienda, además, "aumentar el temor a endeudarse" como aprendizaje al Covid, al tiempo que Cortacans llama a las entidades bancarias a "creer más en los proyectos empresariales de la población" ante las dificultades de acceder a formas de financiación alternativa, más comunes en Europa.

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