Toni confió en dos prestamistas italianos y ha terminado con la flagship nacional de Harley Davidson en España, la de Barcelona, arruinada y cerrada, dejando a centenares de clientes colgados y arrastrando a toda la red. Antoni Solano, empresario catalán, heredó la principal tienda del país de su padre. La operó con "malas compañías", hasta que la cerró abruptamente. Ahora, toda la red sufre por su culpa.
Lo detallan varias fuentes cercanas al caso de la crisis de Harley en España, que sufre una sacudida desde finales de septiembre por la clausura inesperada de Harley Barcelona, punto de venta decano en España desde 1987. El cierre -que es doble, tienda y taller- en la elegante zona del Turó Park tiene un impacto tan colosal que aún se desconocen las consecuencias.
Clientes 'tirados'
El persianazo de Harley Barcelona ha tenido un primer resultado: decenas de clientes con motos pagadas o prepagadas, pero sin su vehículo. Centenares, según algunas fuentes. Las víctimas han acudido a los medios de comunicación, y algunas han iniciado acciones judiciales para recuperar su dinero o denunciar al joven ejecutivo.
Pero hay más datos. Taller y tienda de la calle Calvet han dejado deudas a las dos comunidades donde operan. "Hacía cinco meses que no pagaban el alquiler", han detallado fuentes del inmobiliario catalán. Se calcula que el adeudo total ronda los 50.000 euros.
Toda la red de Harley golpeada
Hay otro impacto. La red de Harley Davidson España ha zozobrado. Lo explicaba ayer a este medio Jorge del Olmo, empresario, dueño de Espai Harley -la otra tienda de la multinacional en la Ciudad Condal- e hijo del periodista Luis del Olmo. "Somos tiendas independientes. Totalmente, por operativa y por contabilidad. Nosotros llevamos 15 años operando con normalidad, y así continuaremos".
Del Olmo recordaba que está "recibiendo a clientes del otro comercio", con el que no tiene nada que ver. Ellos, afirma, no pueden hacer nada, salvo "ayudar tanto como se pueda".
En cualquier caso, el directivo tuvo que hacer un vídeo de Instagram esta semana para desmarcarse de la crisis. Otras fuentes deslizan que el patrono "es el principal beneficiado del colapso de Harley Barcelona", pues ha quedado en situación de monopolio en la Ciudad Condal.
Crisis de marca
Beneficiados o no, Harley Davidson ha resultado afectada por la crisis. Sufre un golpe reputacional, pues algunos clientes recuerdan que "no es el primer cierre abrupto que sufre".
Los foros hierven de actividad con motards que buscan opciones, alternativas, o comentan la situación. El hecho de que el comercio histórico estuviera en la zona alta de Barcelona, una zona residencial acaudalada, no le ayuda.
Dos prestamistas italianos
Fuentes conocedoras de los hechos han recordado que Toni Solano hijo, fogueado en buenas escuelas, heredó la empresa de su padre en 2023, cuando el empresario se jubiló. En apenas un año, el lugar de peregrinaje está "arruinado y cerrado". Y eso que el benjamín llevaba desde 2010 trabajando allí. Conocía el business.
Su entorno detalla que el chico "dio entrada a dos prestamistas italianos especialistas en empresas en problemas" al sufrir tensiones de tesorería. Al final, los transalpinos, "tatuados y con mala pinta, vestidos a lo mafioso rumano y a veces con guardaespaldas" tomaron el control. Otra fuente del sector corrobora que las "malas compañías" han provocado el cierre del icónico negocio.
Una marca en juego
Prestamistas o no, Harley "llevaba meses sin servirle piezas" al templo de la moto de Barcelona. Habían impagado el alquiler de los dos locales, aunque se seguían vendiendo.
Ahora, pese a la ola de clientes indignados, la operación cuenta con un activo sin igual: la marca Harley Barcelona, registrada ante la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) desde 2011. Su rival, el garaje de Del Olmo hijo, no la puede utilizar.
"Toni es una víctima más"
Su entorno matiza la historia. Admite la presencia de nuevos gestores de áspero origen y nacionalidad italiana, pero de hecho les culpa a ellos. El círculo de Toni Solano, motero que ha abollado la reputación de HD, asegura que él, como propietario, es "una víctima más de los gestores". Estos, los transalpinos, serían los responsables últimos.
El chico "sigue en España" y en ningún caso se ha fugado, insisten estas voces. Es más, se acerca a los dos comercios a recoger notificaciones de vez en cuando. Y a cambiar la cerradura. Como otros clientes y fieles al estilo de vida motero -Harley Barcelona era lugar de peregrinación de turistas-, que se acercan al que fuera el antiguo templo para encontrar solo un cartel de "cerrado por obras".
Harley repartió dividendo
El bache ha cogido a la marca, que ayer no contestó a este medio, con una salud de hierro, pese a su postura timorata con esta crisis. Aunque su cotización flaquea, en septiembre la compañía anunció que repartía dividendo.
De hecho, en 2023 alcanzó unas ventas de 5.836 millones de dólares (5.334 millones de euros al cambio actual), y declaró un margen neto de 707 millones de dólares (646 millones de euros), ligeramente a la baja en relación con el año anterior. Para este año -presentará resultados trimestrales el 24 de octubre-, espera aumentar ventas y el excedente operativo.