José Elías, presidente de Audax, en una fotografía anterior
José Elías
José Elías tiene razón cuando sostiene que la inquietante operación para construir un parque eólico en Montenegro es muy anterior a él. Al directivo catalán, también influencer del emprendimiento, le asiste la verdad cuando razona que la inversión en el estado balcánico es algo del pasado en lo que él no participó.
Pero es que él es presidente de la compañía desde 2016. Un año después de que se formalizara la venta de la instalación, colocación que tuvo diferentes irregularidades, según concluyeron los fiscalizadores.
Asimismo, han trascendido detalles preocupantes de esa operación, como el hecho de la discrepancia en el precio de venta a una sociedad en Seychelles; si Fersa --ahora Audax-- tenía permiso para llevarla a cabo; por qué financió la operación la empresa emiratí Black Ltd o por qué se asesinó a una periodista maltesa que investigó la compraventa.
Ahora, Crónica Global revela que una juez montenegrina buscó al bróker que utilizó entonces la energética española, y no la encontró.
Todo ello son elementos que no ayudan a la transparencia ni facilitan la comprensión del intento de expansión a los Balcanes. Como presidente de Audax, José Elías debería ser meridianamente claro sobre todo lo que pasó en Montenegro, desde principio a fin, y salir a defender el buen nombre de un grupo cotizado como el suyo.
Y ello se hace aclarando todas y cada una de las dudas que penden sobre el caso. Y que, a día de hoy, son muchas.
