Bill Gates aún conserva un 2% de FCC once años después de aparecer como socio

Once años después de su irrupción por sorpresa en el capital de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), Bill Gates ha vuelto a dar señales de vida como accionista del grupo, condición que conserva pese a que se había dado por hecho que su interés por el valor se había diluido casi a la misma velocidad con la que llegó. 

Gates ha procedido a actualizar su posición en la compañía española, que se sitúa en el 1,86% del capital. Al menos, así resulta a fecha del pasado 1 de octubre, reflejada en la comunicación remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En los registros del supervisor ha aparecido durante mucho tiempo el nombre del cofundador de Microsoft y poseedor de una de las mayores fortunas del mundo como accionista significativo del grupo de servicios y construcción, merced a una participación del 5,7%. 

Esther Alcocer Koplowitz, presidenta no ejecutiva de FCC, y Pablo Colio, consejero delegado / EP

Sin embargo, la falta de actualizaciones de este porcentaje tras las ampliaciones de capital llevadas a cabo por FCC a mediados de la pasada década dio por sentado que tal posición no se correspondía desde hace tiempo con la realidad.

De acuerdo con la comunicación remitida al supervisor, Gates mantiene un paquete cercano a 8,5 millones de títulos de FCC a través de la Fundación Bill & Melinda Gates, entidad creada junto a la que fuera su esposa con el fin de promover acciones filantrópicas en favor de la igualdad en todo el planeta.

Poco antes del pasado verano hubo novedades en torno a la Fundación. Tres años después de que la pareja anunciara públicamente su divorcio, Melinda French (por su apellido de soltera, ahora recuperado) decidió dejar la institución, donde ejercía como copresidenta y patrona, para continuar con su labor de apoyo a mujeres y familias desfavorecidas desde una nueva plataforma creada por ella. 

Para la dotación contará con un fondo de 12.500 millones de dólares, según lo estipulado en el acuerdo de divorcio en el caso de que Melinda French decidiera desligarse de la Fundación, como ha sido el caso.

Bill y Melinda Gates / EFE

Una circunstancia que ha ordenado y puesto al día la participación de Bill Gates en FCC y ha desterrado la idea extendida de que su presencia en el capital de la compañía fue producto de una circunstancia temporal.

La llegada del gurú que revolucionó la informática a FCC se produjo en 2013, cuando la compañía, que aun controlaba Esther Koplowitz, atravesaba momentos particularmente complicados por los efectos de la crisis financiera desatada a finales de la década anterior.

También Soros

En su búsqueda de apoyos externos, Koplowitz llegó a contar también con la colaboración del inversor George Soros, que participó de forma temporal en la compañía a través de instrumentos derivados. 

Apoyos que no fueron suficientes para una empresa que arrastraba cuantiosas pérdidas contables como consecuencia de la depreciación de sus activos, hasta el punto de que el consejo se vio obligado a tomar la decisión de dejar en suspenso los dividendos. 

El empresario mexicano Carlos Slim controla FCC / EP

Esta circunstancia también puso en una más que delicada situación a Koplowitz, que se quedaba así sin ingresos recurrentes para financiar su propia deuda, contraída en su día principalmente para comprar a su hermana Alicia su parte en la constructora.

La tabla de salvación la encontró en el magnate mexicano Carlos Slim, que inyectó a través de dos ampliaciones el capital necesario para sacar a flote la compañía e implantar un plan para sanear su balance y que volviera a la rentabilidad.

La sexta fortuna mundial 

En este contexto, Slim llegó a hacerse con el control de más del 80% del capital mientras que, en toda esta peripecia, no hubo noticia alguna de aquel socio llamado William H. Gates III… hasta ahora.

A precios actuales de mercado, la participación declarada por Gates está valorada en unos 110 millones de euros. Poco menos que una gota en la inmensidad del océano que constituye su patrimonio personal, valorado en algo más de 145.000 millones de euros al cambio actual.