Crecimiento sin ampliación y con aprovechamiento del espacio disponible. Este es el punto de partida de la revolución que ha llevado a cabo el Port de Barcelona en el escenario de la Copa América de Vela, pero con enormes aplicaciones que van más allá y que han venido para quedarse. A través de una alianza con Orange, el Port ha reforzado su red 5G para dar el servicio más avanzado a un ecosistema de 400 empresas. 

“El 5G es fundamental para gestionar la operativa del Port y adaptarte a cualquier incidencia”, afirma la subdirectora general de Organización y Recursos Internos de la instalación, Catalina Grimalt. Dicha alianza ha permitido crear una red de gran capacidad y fiabilidad, con un alcance de dos millas náuticas (tanto terrestres como marinas) y enlazada con su centro de procesamiento de datos, bajo una inversión de 3,6 millones de euros durante cuatro años, más uno opcional.

Con ello, los servicios del Port pueden manejar grúas a distancia y no desde la cabina, geolocalizar contenedores, supervisar operaciones complejas en tiempo real y conectar un millón de dispositivos en una sola red, entre muchas otras soluciones que permiten cubrir las necesidades que genera la automatización de los procesos de gestión. 

Proyecto pionero en Europa

Por su parte, el director territorial de Empresas de MasOrange, Víctor Vera, destaca que el proyecto desarrollado por la compañía en el Port de Barcelona es “pionero” en Europa, con la referencia del trabajo realizado en otras instalaciones de la misma tipología como Amberes o Róterdam. Más allá de la fibra óptica y el 5G, la operativa del Puerto se vigila a través de un sistema de 400 cámaras.



Volviendo a la Copa América, con una inversión de cinco millones de euros, la competición de vela ha precipitado la aparición de una conexión de fibra óptica entre el Hotel W y el World Trade Center. Unos trabajos encaminados a garantizar las comunicaciones de los equipos participantes y los medios de comunicación.

Respecto de las cámaras, una parte de ellas cuentan con una autorización especial solamente para el desarrollo de la competición, pero no se descarta mantenerlas en función de la experiencia y de una futura validación de los organismos judiciales.

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