A principios de semana, un autobús de Monbus, que transportaba a trabajadores de Inditex al centro logístico de Tordera, sufrió un accidente con un balance de 47 personas atendidas, una de ellas con lesión medular. El vehículo quedó suspendido en la boca del túnel. El suceso ha reabierto las denuncias alrededor de la gestión del personal y el mantenimiento de los buses de la compañía gallega.

Desde principios de año, Monbus arrastra tres incidencias en las carreteras catalanas. Las dos primeras se produjeron en una misma semana de febrero en las líneas Barcelona-Igualada y Barcelona-Esparreguera. Volviendo a la C-32, Inditex y la transportista todavía no se han querido pronunciar respecto a las consecuencias del accidente. 

Los sindicatos denuncian "alta siniestralidad" y falta de mantenimiento

Quienes sí han puesto encima de la mesa sus reivindicaciones son los sindicatos. “Existe un clima muy negativo dentro de Monbus”, afirma el máximo representante de la sectorial de Transporte por Carretera de UGT Cataluña, Juan José Pérez. Más allá de “una alta siniestralidad”, añade que los autobuses de la empresa gallega “brillan por su falta de mantenimiento”. En este sentido, repetidamente, Monbus defiende que sus vehículos pasan las correspondientes revisiones de los organismos competentes. 

UGT también denuncia las condiciones de los conductores. “Hay rutas en las que, por ejemplo, no existe un taquígrafo digital y, por lo tanto, es muy difícil tener una trazabilidad de las horas de conducción”, exclama Juan José Pérez. De hecho, esta misma semana y dentro del contexto del accidente de Inditex, los Mossos d’Esquadra y el Servicio de Tráfico de Cataluña han desplegado un gran operativo de seguridad vial. En dicha acción se han identificado 17.400 vehículos y, a la vez, se han firmado 1.100 denuncias por infracciones de velocidad, 19 casos relacionados con los transportes.

Entre finales de junio y principios de julio, Monbus sufrió un conato de huelga en el Baix Llobregat. En paralelo a las reivindicaciones salariales, los trabajadores han pedido, insistentemente, mejoras en los autobuses y más formación para el personal. “Por realizar estas peticiones, algunas personas han sido despedidas”, denuncia el dirigente sindical. 

A finales de octubre del año pasado, la Comisión Gallega de la Competencia, después de un fallo del Tribunal Supremo, abrió un expediente sancionador a Monbus por un caso de reparto de mercado. El proceso iniciado por la Administración autonómica no conlleva automáticamente una sanción. En un plazo máximo de 18 meses, la Comisión debe emitir un veredicto. Con los efectos de la pandemia todavía presentes, la empresa transportista cerró el 2022 con unas pérdidas de 3,3 millones de euros. 

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