Este lunes se celebró en el Juzgado Mercantil 6 de Barcelona una vista de medidas cautelares después de que un artista español, Jorge Begaño Andrés, presentara una demanda contra Shirtum Europa, fundada por el empresario catalán Manel Angel Torras Pérez, y su matriz en Andorra, MDM Sports, por una presunta infracción de derechos de propiedad intelectual.
Begaño solicita al juez que evite que Amazon Web Services, donde se encuentran alojados más de 2.000 NFT -non-fungible tokens, por sus siglas en inglés- del futbolista Ronaldinho Gaúcho que él diseñó y que Shirtum Europa comercializó a partir de su dibujo original, continúe desarrollando la actividad de reproducción y comunicación pública de la obra, pues según él se ha hecho a sus espaldas y sin cobrar royalties.
Los NFT o tokens no fungibles son activos digitales certificados con tecnología blockchain cuyo valor viene fijado por el mercado, por la ley de la oferta y la demanda. En este caso, hubo cerca de 3.000 compradores que se hicieron con avatares del brasileño, en los que se rememoraban sus mejores jugadas, a unos 400 euros cada uno.
Un acuerdo verbal
La defensa del artista, que encabeza el abogado Ricardo Oliva, sostiene que Begaño creó, en dos fases, el busto de Ronaldinho y 46 complementos que posteriormente Shirtum modificó sin su consentimiento -añadiendo otro artista vinculado a la empresa, Alejandro López, un centenar de elementos más como bufandas, gafas y peinados- sobre el dibujo original para crear un total de 2.224 NFT del jugador, que la empresa comercializó “vulnerando los derechos de autor”.
Sin embargo, tanto Shirtum Europa como MDM Sports sostienen que es una “obra colectiva” en la que participaron diversos artistas, entre ellos Begaño, pero cuyo promotor fue Shirtum. El problema reside en que las partes no firmaron nunca un contrato, sino que el acuerdo entre el ilustrador y David Rozencwaig, representante y administrador de Shirtum, fue verbal.
Exige una indemnización
El artista asegura que cuando entregó los bocetos, tras dos meses de arduo trabajo, porque se cumplía el plazo límite acordado, la empresa todavía no había especificado cuál sería su retribución. Finalmente, reconoce, le ofrecieron 12.000 euros, de los cuales cobró solo 2.000.
En la vista celebrada este lunes, el letrado de MDM Sports aseguró que la intención de la empresa siempre fue la de abonar esta cuantía íntegra, pero, tras un retraso, el artista acudió a los tribunales y a la prensa en busca de “publicidad gratuita” y para iniciar “una campaña pública de desprestigio”, por lo que el pago no se completó.
Como prueba, desde la matriz andorrana aseguran que existen conversaciones de Whatsapp en las que se daban instrucciones concretas a Begaño de cómo debía realizar los diseños, con los que pretenden demostrar que el artista sabía que era una creación “colectiva” junto a Alejandro López, y niegan “que no haya cobrado ni un duro”.
Sin embargo, el demandante sostiene que aceptó esta cuantía tras mucha insistencia y que estos mensajes, aportados a la causa, no hacen más que evidenciar que persiguió durante meses a Shirtum para que le abonasen su trabajo y que, a la tercera factura emitida por valor de 1.000 euros, la empresa dejó de pagar. Además, tras enterarse de que los NFT creados sobre su diseño original le reportaron a Shirtum entre 289.957,66 euros y 432.617,66 euros, exige ser indemnizado con más de 90.000 euros.
La perito avala que la obra es de Begaño
El lunes, una perito propuesta por la parte demandante, experta en tasación de obras de arte y antigüedades, argumentó ante el juez que la obra de Begaño es “reconocible” en todos los NFT del Gaúcho. Las modificaciones hechas por la empresa andorrana a posteriori, aseguró, “no tienen entidad propia”, pues sin la creación original del artista “la obra no podría existir como tal”.
Según la perito, si se quitaran los añadidos a los 2.224 avatares, la obra resultante sería la del demandante, pero si se eliminara el boceto de Begaño, directamente la obra dejaría de existir. Así lo considera tras apreciar “parámetros artísticos concretos y únicos” comunes en los más de 2.000 NFT, entre los que enumera la “composición, las sombras, los cromatismos, el estilo o los contornos”.
“Si a La Gioconda le añadiera unas gafas de sol, ¿sería el coautor?”, preguntó Oliva a la experta en obras de arte frente al juez. “En ningún caso”, le espetó la perito, que puso como ejemplo la autoría de la Capilla Sixtina, en la que se han ido añadiendo elementos pero que se atribuye únicamente al autor original: Miguel Ángel.
Peligro de incrustación y nuevas modificaciones
En la actualidad, las ilustraciones, además, se ofertan en Amazon Web Services, de forma que cualquier persona que conozca la URL puede acceder a la obra y usarla, con el “riesgo de incrustación” que eso implica, explicó otro perito, un ingeniero en telecomunicaciones y experto en blockchain.
Según su informe pericial, cualquier persona puede acceder a la obra y visualizarla o, incluso, incrustar estas imágenes en una web o un blog, de forma que puede ser explotada también por terceros o que estos hagan, a su vez, “nuevas modificaciones sobre las modificaciones”.
“La obra está siendo vista y compartida por personas que no tienen que ver con los NFT y se facilita su incrustación en otras webs y blogs, fuera del control del NFT y sin que el creador pueda hacer nada al respecto, aunque su obra se explote sin su consentimiento, abriendo la puerta a la comisión de nuevas infracciones contra la propiedad intelectual”, sostuvo el abogado del artista.
Cinco días para pronunciarse
Además, según la defensa existe un riesgo añadido de que piratas informáticos o hackers las sustraigan mediante un ciberataque de la web de Amazon, de forma que queden fuera de la disposición de las partes y se comercialicen de modo privado, aumentando el perjuicio.
Por todo ello, el demandante pide al juez que se retiren de Amazon, como ya han hecho cuatro plataformas, entre las que figura Opensea -el mayor mercado del mundo de NFT-, hasta que un juez determine si Shirtum pudo haber cometido una infracción sobre su obra.
Ahora, el juez contará con cinco días para decidir si Amazon Web Services, donde se encuentran alojados los más de 2.000 avatares de la exestrella del FC Barcelona, podrá continuar con la reproducción y comunicación pública de las obras o si, por el contrario, mientras se dirime a quién corresponden sus derechos, deben desaparecer de la web. Si el juzgado acepta las cautelares, los 3.000 ciudadanos que tienen las cryptopiezas del Gaúcho podrían iniciar un proceso judicial paralelo para recuperar su inversión, pues para hacerse con un Dinho -como se llamaban los NFT- tuvieron ue abonar entre 300 y 400 euros.
Este es sólo el primer trámite, pues en julio se celebrará una vista de alegaciones previas en la que las partes podrán llegar a un acuerdo, aunque la parte demandada lo considera “improbable”, antes de iniciar una batalla legal sobre la propiedad intelectual de esta obra.