La burocracia está lastrando la productividad y el crecimiento económico español. Cada año se publican alrededor de un millón de páginas en los boletines oficiales de las diferentes Administraciones, que sólo generan un mar de trabas y papeleo que dificultan el progreso económico. Ciudadanos, empresas o autónomos, nadie se libra de una lacra que desincentiva la inversión y el emprendimiento. “Quien lo probó, lo sabe”, tal y como escribía Lope de Vega.
El Círculo de Economía ha apremiado a simplificar procesos y dinamizar gestiones. Lo han hecho, en una mesa redonda, los expertos Víctor Lapuente, catedrático de Ciencia Política en la Universidad de Göteborg; Cristina Herrero, presidenta de la AIREF, y Vanessa Gelado, Senior Managing Director y Country Head de Hines Spain.
Burocracia defensiva, burocracia napoleónica
Burocracia defensiva. Ese es el concepto que ha acuñado Herrero para describir la situación actual, una idea exportada del sector médico, en el que se pide papeleo innecesario para eludir responsabilidades. Ese mismo proceso ha sido definido por Gelado como “cultura napoleónica”: a la empresa le da miedo “no tener un papel que le diga que lo ha hecho bien”.
Para el Círculo, es deseable que la Administración pública esté al servicio de la empresa, al contrario de lo que hoy sucede. “El tiempo es oro, y tiene un coste claro de oportunidad: deberían plantearse cómo ayudar y no sólo cómo fiscalizar”, ha sostenido Vanessa Gelado. En esa misma línea ha apostado, justo en la ponencia anterior, Xavier Sala i Martí, quien ha puesto de ejemplo que los campesinos “tienen que cosechar melocotones o peras, no llenar formularios”.
España, en el mundo de Kafka
El Financial Times expuso en 2018 que dos de los dos grandes terrores del futuro eran transformar occidente en las sociedades de Orwell o Aldous Huxley, con seres controlados o narcotizados. Ahora, el Cercle ha añadido una tercera: acabar en el mundo de Franz Kafka, atrapados en un eterno proceso de trabas burocráticas. Aunque para Victor Lapuente la burocracia es necesaria, el número de procesos administrativos en España es “monstruoso, kafkiano”.
Para superar esta barrera, el Círculo insta a un cambio cultural, en el que todo el mundo asuma que hay que evolucionar para incentivar el crecimiento económico.
La digitalización como esperanza
Una de las grandes bazas para el cambio es la digitalización, que promete agilizar procesos y simplificar trámites. De momento, no está cumpliendo todo lo que prometía, pues no se aplica de forma correcta. España está en el top 5 de países de la Unión Europea más digitalizados, pero con eso no basta, “pues acceder a esos datos y archivos es misión imposible”, ha apostillado Lapuente.
Para reducir el infame silencio administrativo, el Cercle insta a los ayuntamientos a ser más transparentes y publicar el listado de expedientes y dosieres pendientes de contestación. Lo contrario lleva a perder la batalla de la innovación y a “morir de autocontrol”, según Gelado.
El norte como ejemplo
¿Y qué países son aquellos más ejemplares en simplificación administrativa? Según el Cercle, los nórdicos y anglosajones, pues “se han ido moviendo a una visión más basada en la gestión, con la idea de la eficiencia entre ceja y ceja”.
Para ello, los países nórdicos han despolitizado las administraciones públicas y han intentado trasladar las reglas del sector privado al público. El Gobierno no puede implicarse en la gestión de problemas diarios e incrustarse en las instituciones, sino delegar a los expertos. También debe impulsar un profundo cambio en sus instituciones, en las que los funcionarios tengan incentivos de promoción y puedan ser despedidos.