ACS se ha marcado una ambiciosa hoja de ruta para los próximos tres años, que incluye un incremento de la facturación de hasta un 34% y alcanzar la cota de 1.000 millones de euros de beneficio neto. El grupo de construcción, servicios y concesiones basará su plan en una sólida generación de caja que le permita reforzar la remuneración al accionista, con el reparto de más de 2.000 millones de euros en dividendos hasta 2026.
Estas cifras han sido desveladas este miércoles por el consejero delegado del grupo, Juan Santamaría, durante la presentación inaugural del primer Capital Markets Day en la historia del grupo, que se está desarrollando este miércoles en Madrid.
Crecimiento anualizado del 9%
El ejecutivo ha expuesto ante analistas e inversores que el proceso de simplificación de los negocios del grupo ha derivado en una estructura basada en tres líneas fundamentales: soluciones integrales, con un peso del 65%; infraestrcuturas (20%) e ingeniería y construcción (15%).
Con estos cimientos, la compañía se ha marcado un objetivo de elevar su facturación entre un 20% y un 34% en los próximos tres años, con un incremento medio anualizado que rozará los dos dígitos.
Una evolución de los negocios que ACS pretende cristalizar en una generación operativa de caja que le permita acumular entre 3.300 y 4.000 millones de euros hasta 2026 y repartir entre sus accionistas más de 2.000 millones de euros hasta entonces.
Junto al objetivo de generación de caja, la compañía que preside Florentino Pérez prevé obtener entre 2.000 y 3.000 millones de euros procedentes de desinversiones en activos no estratégicos.
Invertir 20.000 millones hasta 2030
Además de retribuir a sus socios, ACS prevé destinar este capital de hasta 7.000 millones de euros en 'equity' para inversiones en proyectos greenfield (1.300 millones), una nueva ampliación de Abertis (650 millones), hacerse con un 10% adicional de su filial Theiss (unos 200 millones), mientras que el resto se destinará a otras inversiones en infraestructuras, en fusiones y adquisiciones.
Con vistas a más largo plazo, ACS estima una inversión de 20.000 millones de euros, la mayoría de la cual se destinará a digitalización y tecnología (entre 6.000 y 12.000 millones a centros de datos) y a transición energética (entre 5.000 y 7.000 millones).