Un mes después de la entrada en vigor del tope al alquiler, medida que el sector inmobiliario considera populista y electoralista, los datos empiezan a confirmar lo que los expertos ya preveían: lejos de facilitar el acceso a la vivienda, este tipo de políticas consiguen que los propietarios se sientan más inseguros y retiren sus pisos del mercado de arrendamiento, de modo que se agrava la falta de oferta y para los nuevos inquilinos resulta cada vez más difícil encontrar un inmueble donde vivir.
Desde la entrada en vigor de las limitaciones, que el Govern decidió este lunes modificar para abarcar más municipios, los precios han subido de media un 4,3%, según un estudio de Idealista. La subida se explica porque la intervención no ha tenido efectos inmediatos y porque los alquileres que no alcanzan los máximos dictados por el Govern se pueden incrementar ante la inseguridad jurídica que sienten los caseros, que también tienen otras opciones como pasarse al mercado del alquiler de temporada -siempre y cuando la vivienda no sea la habitual del inquilino- o de habitaciones.
Menos oferta
La regulación no solo ha provocado que los precios suban ligeramente, sino también que la oferta se contraiga significativamente. En solo unas semanas, el número de viviendas disponibles en el mercado para arrendar ha caído un 13% en Cataluña, según los datos publicados este lunes por el portal inmobiliario.
El informe apunta que la reducción del remanente llega a ser de doble dígito en la mayoría de las capitales coincidiendo con la irrupción del índice de referencia, una herramienta prevista en la ley de vivienda para contener las rentas que solo se aplica en Cataluña. Iidealista cifra en un 21% el descenso del número de alquileres disponible en Girona; del 16% en Tarragona; y del 14% en Barcelona; y del 9% en Lleida.
Las rentas más caras, en Barcelona
Por provincias, Barcelona es la que más ha caído, con un desplome del 14%, seguida de Tarragona (10%), Girona (7%) y Lleida (5%). Respecto a los precios, el portal considera el índice de referencia "no ha tenido efectos inmediatos" y que en la ciudad de Barcelona, donde las rentas son más altas, el alquiler permanente ha subido un 4,6 %. En Girona los precios se han mantenido estables, mientras que se han registrado descensos en Lleida (-2,8%) y Tarragona (-1%).
La compañía del sector inmobiliario ha señalado que para realizar este informe ha utilizado métricas semanales de manera excepcional. Según datos del portal, el alquiler de temporada, que se escapa del control de rentas impulsado por el Gobierno, representa en Barcelona el 30% de la oferta, un nivel similar al que tenía antes de la entrada en vigor del índice de referencia. En Girona y Tarragona este tipo de oferta copa el 10% del mercado y en Lleida solo supone el 2% de las viviendas anunciadas.