La aerolínea Vueling, perteneciente al grupo IAG, colabora con dos socios tecnológicos para optimizar las operaciones de vuelo y supervisar iniciativas destinadas a reducir las emisiones de CO2.
En la actualidad, según explica la compañía en un comunicado, los pilotos de Vueling incorporan pronósticos meteorológicos y de viento en tiempo real con el NAVlink de Nav Flight Services para ajustar las maniobras de descenso de sus aviones. Este enfoque, según la aerolínea, mejora la eficiencia en el consumo de combustible al permitir a los pilotos tomar decisiones basadas en información más precisa y actualizada.
El nuevo sistema, junto a una planificación de rutas más eficiente, un mejor rendimiento de la flota y una planificación optimizada del combustible, está contribuyendo a reducir las emisiones en las más de 300 rutas de Vueling por Europa, Norte de África y Oriente Medio.
Objetivo: reducir 2.500 toneladas de emisiones de CO2
La tecnología Nav se combina con la aplicación Pilot Fuel Efficiency App desarrollada por Honeywell. Esta aplicación, según Vueling, ayuda a los pilotos a calcular las emisiones de CO2 durante el vuelo y "destaca la reducción del consumo de combustible lograda con decisiones respaldadas por datos". Además, proporciona información sobre la situación de los pilotos, estadísticas de la aerolínea e indicadores de mejores prácticas para cada vuelo.
Juntas, según el comunicado, ambas soluciones lograrán una reducción anual de 2.500 toneladas de emisiones de CO2 en toda la flota de Vueling.
Más de 100.000 consumidores, añade la aerolínea, optaron el pasado verano por contribuir al suministro de Combustible de Aviación Sostenible (SAF) el día de su vuelo, que se ha más que duplicado a finales de 2023. "El SAF puede reducir las emisiones de CO2 hasta en un 80% en comparación con los combustibles tradicionales y podría desempeñar un papel crucial en la descarbonización de la industria de la aviación", dice la nota.
Vueling colabora además con los proveedores de servicios de navegación aérea, Enaire y Eurocontrol, para asegurar rutas de vuelo "lo más eficientes posible", una medida estratégica que estima reducirá las emisiones de CO2 en un 10%.