Es el hombre que intentó comprar la Bolsa de Barcelona. Andreu Garrigó (1982) trató de intermediar la colocación del parquet catalán a un fondo dubaití y a Hyatt en 2013. El networker y facilitador de inversiones tentó la plaza financiera cuando la Generalitat de Cataluña la ofreció en 2013. El entonces gestor del equipamiento, Joan Hortalà, se negó, y ahora la instalación agoniza.
Lo ha explicado el propio empresario frente al icónico edificio del Paseo de Gracia de la capital catalana, una vez se ha conocido que el tan anunciado hub financiero que proyecta la Generalitat en el mismo se quedará en mero coworking. Ahora, ante la tesitura de que la Bolsa de Barcelona agonice hasta 2030, cuando termina su concesión, el hombre que la quiso comprar lamenta que "no aporte el valor añadido que debería a la ciudad".
"Teníamos el dinero y a Hyatt"
Frente a esta atonía, el directivo propone su vía, que no tiene que ser la única. Y la explica. "Yo me dedico a facilitar inversiones extranjeras en Cataluña. Fundé CatRus, el lobi catalán-ruso en la región. Pues bien, en 2013, cuando el Govern necesitaba liquidez y el Departamento de Economía decidió comenzar a vender patrimonio, encontramos un fondo dubaití".
El vehículo inversor pretendía tomar posiciones en España. Garrigó les hizo de cicerone. "Tenían la intención de abrir un hotel de lujo. Y, por otros contactos, teníamos relación con el Vicepresidente de Compras y Nuevos Proyectos en Europa, Asia y Medio Oriente de Hyatt. Todo cuadraba".
Dos ofertas
Con esa alineación, el ahora intermediario en la compraventa de yates de lujo "presentó dos ofertas formales por la Bolsa" a la Generalitat. ¿El precio? "Querían 57 millones de euros y les ofrecimos 68 millones", rememora.
La operación no avanzó, por lo que el fondo subió su apuesta. "Ofrecieron 80 millones y que la Bolsa se recolocara al Palau Robert, que estaba infraaprovechado y, también, en el Paseo de Gracia".
"Joan Hortalà dijo no"
No hubo manera. Joan Hortalà, presidente de la institución concesionada a Bolsas y Mercados Españoles (BME) desde 1993 a 2020, se negó. "Con Joan nos conocíamos anteriormente, y le presentamos sendas ofertas formales. Pero él rechazaba dejar el edificio histórico".
El también economista "fue muy educado", pero no veía viables las alternativas para recolocar el parquet catalán. Y recordó una y otra vez a los interesados que la Bolsa estaba concesionada hasta 2030. Mientras, Garrigó y los hombres de negro visitaban la plaza financiera "con discreción, sin avisar" para comprobar que cumplía con lo que Hyatt buscaba.
"En 2030 habrá otra oportunidad"
Pero la operación cayó. No llegó a buen puerto, como sí lo hicieron otras compras de patrimonio de la Administración autonómica. La más icónica fue la de la llamada Casa Burés, un edificio modernista del Eixample. Lo colocó a Europa Capital Partners por 18,8 millones de euros. El entonces conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, supervisó la enajenación. Tiempo después, la Casa Burés reabrió como pisos de superlujo tras una cuidadosa reforma.
En total, fueron 45 edificios por valor de unos 600 millones de euros. Ahora, una década después, los inversores avisan de que habrá nuevas oportunidades para inyectar liquidez a las maltrechas cuentas autonómicas. "En 2030 vence la concesión de BME. Será un buen momento para que el Govern evalúe de nuevo si vende el edificio. Porque ahora no tiene potencial y el canon que paga no se corresponde con el valor del activo".
Pérdida de competitividad y un 'coworking'
Garrigó, claro, se posiciona por si surge de nuevo la oportunidad. Por lo pronto, peina otros hoteles de cinco estrellas por si los dueños decidieran vender. "Tengo inversores que buscan una ubicación central para un cinco estrellas en Barcelona", desliza.
Mientras él busca producto, es indiscutible que la Bolsa de Barcelona ha perdido su lustre pretérito. El mercado de valores ha tendido a la irrelevancia en España. Pocos ejemplos hay más tangibles de ello que la marcha a Madrid de GVC Gaesco, la empresa de Hortalà, expresidente del parquet, como explicó Crónica Global. Ocurrió en octubre de 2017, en plena ebullición del procés independentista.
Más recientemente, la Generalitat ha dibujado y prometido que abrirá un hub financiero en la instalación con 6.000 metros cuadrados a su disposición. El presunto nodo ha terminado adjudicado a Attico, una empresa de coworkings.