Las monjas de la congregación del Bon Pastor se marchan definitivamente del recinto de la Altanova de Barcelona. Sanitas ha adquirido el edificio en el que vivían para ampliar los servicios que ofrece la residencia para personas mayores que ya ocupa gran parte de estas instalaciones.
Según ha explicado la dirección del centro a las familias, las obras de derribo del interior del edificio empezaron el pasado 20 de febrero, y se prevé que la adecuación de los nuevos espacios esté lista antes de terminar 2024.
Más amplitud de espacios
Tras las obras, esta residencia situada en el barrio de Sant Gervasi contará con nuevos espacios comunes y un comedor más amplio para dar más servicios a los residentes, según el comunicado dirigido a las familias.
La residencia cuenta ahora con 130 camas, de las cuales sólo cinco están libres, en habitaciones dobles que tienen un precio de entre 2.800 y 2.900 euros mensuales por persona y dormitorios privados que ascienden a los casi 4.000 euros. Y ofrece ya grandes espacios ajardinados, gimnasio y salas de ocio para los residentes y los usuarios del centro de día. Todo ello en un entorno único, puesto que el recinto es un antiguo orfanato de niñas rehabilitado para la atención a mayores.
Carrera por el cuidado de los mayores
Con este movimiento, Sanitas pretende dar un paso firme en la batalla por los cuidados en la zona alta de Barcelona y mostrarse más competente en un mercado en expansión con otras instalaciones más boutique, como la residencia de DomusVi en la Bonanova.
Desde que los mayores ya no se cuidan en casa y se invierte la pirámide demográfica, las residencias geriátricas se han convertido en un negocio prácticamente seguro, puesto que la sanidad pública es incapaz de asumir el volumen de usuarios que necesitan sus servicios. Mientras, el sector privado se especializa para ofrecer un mayor abanico de opciones y convencer a la alta sociedad.
‘Silverización’ de la zona alta
En pleno auge de la economía plateada, las zonas más pijas de la ciudad se silverizan para atender a los mayores. La esperanza de vida en Cataluña se acerca a los 84 años y la tasa de natalidad no deja de caer, por lo que los mercados se mueven para atender a este público cada vez más amplio.
Se trata de un sector demográfico, en este caso, con un poder adquisitivo elevado y a priori sin demasiadas cargas económicas. En su jubilación buscan seguir cuidándose y mantenerse lo más activos posible participando en actividades culturales y de ocio. Son, por lo tanto, grandes consumidores que copan cada vez un espacio más amplio y variado en el sector de los servicios, especialmente de calidad y comodidad.
Las monjas, al cobijo de sus ‘hermanas’
Las monjas que hasta ahora ocupaban el edificio adquirido por Sanitas han encontrado cobijo temporalmente junto a sus hermanas de la misma congregación en el CRAE Turó Blau, en Sant Andreu, a la espera de encontrar una ubicación definitiva, posiblemente en alguno de los otros conventos que la orden tiene en España.
Esta congregación religiosa se ha hecho cargo históricamente del cuidado de niños y niñas; especialmente en orfanatos, como el que habían ocupado las instalaciones que ahora sirven de residencia geriátrica en Sant Gervasi.