Dolor de espalda, entumecimiento de las manos o calambres en las piernas son molestias habituales entre quienes pasan largas jornadas laborales sentados frente al ordenador. Unas molestias que pueden agravarse con el paso del tiempo, dando lugar a lumbalgias, ciáticas, tendinitis o el tan temido síndrome del túnel carpiano. Para prevenir todos estos problemas ¿qué medidas podemos adoptar? ¿Cómo minimizar el daño entre nuestros empleados?

Al respecto, cabe destacar que el origen de muchos de estos problemas está en las malas posturas adoptadas cuando se utilizan sillas de oficina de baja calidad. Las estadísticas son alarmantes. El 80% de la población sufre de dolor de espalda baja, el 65% experimenta dolor de cuello y hombros, y el 30% padece de tendinitis y síndrome del túnel carpiano.

Estas lesiones no solo impactan la salud física de los empleados, sino que también repercuten negativamente en las empresas, aumentando el absentismo laboral, haciendo que los empleados trabajen con dolor y, por tanto, con menos concentración y eficiencia. Por todo ello, una de las mejores opciones para minimizar estos problemas es el uso de sillas de oficina ergonómicas, la mejor solución (y más económica) para evitar las malas posturas y mejorar el rendimiento laboral.

La ergonomía, un factor clave para el bienestar del trabajador

Según la RAE, la ergonomía es el “estudio de la adaptación de las máquinas, muebles y utensilios a la persona que los emplea habitualmente, para lograr una mayor comodidad y eficacia”. Al hablar de sillas de oficina, esto se traduce en diseños que dan el soporte adecuado a la espalda, el cuello y los brazos, permitiendo una postura correcta durante la jornada laboral.

Gracias a este diseño y desde el punto de vista ergonómico, las sillas ergonómicas de oficina previenen de lesiones óseas y musculares, mejorando al mismo tiempo la circulación sanguínea y con ella, la oxigenación cerebral. En definitiva, las sillas de oficina de alta calidad, como las disponibles en Erghos España, ofrecen una mayor comodidad con la que era posible trabajar durante largo tiempo sin sentir molestias. Todos los beneficios anteriores también repercuten positivamente en el bienestar, mejorando el estado de ánimo de las personas, combatiendo la fatiga y favoreciendo un mejor descanso durante la jornada laboral.

Beneficios para la productividad laboral

Las empresas que invierten en sillas ergonómicas de calidad para sus equipos registran un aumento de la productividad de hasta un 25%. ¿Las razones? Los empleados más saludables y confortables rinden más en su trabajo diario, con menos interrupciones por molestias físicas que interfieren en su concentración.

Al mismo tiempo, se ha constatado una reducción del absentismo laboral por motivos de salud en compañías que utilizan este tipo de mobiliario frente a otras que no, lo que se traduce en un ahorro significativo al disminuir la contratación de eventuales. No en vano, el dolor de espalda es la segunda causa de absentismo y la primera causa de incapacidad en menores de 45 años. Con estos datos sobre la mesa, está claro que invertir en sillas ergonómicas que se adaptan al cuerpo es una inversión inteligente en el medio y largo plazo para cualquier empresa. Los beneficios en términos de reducción de costos médicos, aumento de la productividad y mejora del ambiente laboral son considerables.

Tipos y características de las sillas ergonómicas

El mercado actual ofrece una amplia oferta de sillas de oficina ergonómicas, que van desde las básicas hasta las más avanzadas, con características ergonómicas específicas para cada tipo de cuerpo y necesidad. También existen modelos adaptados a diferentes espacios y usos dentro de la oficina como, por ejemplo, las sillas ejecutivas.

Independientemente del modelo elegido, cualquier silla ergonómica debe cumplir una serie de requisitos que hay que considerar a la hora de colocarlas en el mobiliario de oficina. Entre los puntos más importantes están los siguientes:

- Soporte lumbar: Es fundamental para mantener la curvatura natural de la columna vertebral.

- Ajuste del asiento y del respaldo: Permite adaptar la silla a la altura y contextura del usuario.

- Reposabrazos: Estos elementos reducen la tensión en los hombros y el cuello.

- Reposacabezas: Brinda soporte adicional a la cabeza y el cuello.

- Base estable con ruedas: Las ruedas, al menos cinco, deben permitir libertad de movimientos.

Otro aspecto relevante a la hora de escoger un modelo que mejore la salud de los trabajadores y mejore su productividad es el material de fabricación. En este sentido, los expertos aconsejan que las sillas estén elaboradas con tejidos transpirables y reguladores de la temperatura como, por ejemplo, la tela y tejidos como la malla.

En un contexto donde la salud y el bienestar son cada vez más valorados en los entornos de trabajo, las sillas ergonómicas son una solución indispensable para las empresas que buscan optimizar el rendimiento de sus empleados y hacerles sentir importantes. Invertir en ergonomía no solo beneficia la salud física y mental de los trabajadores, sino que también se traduce en un aumento de la productividad y la rentabilidad para las empresas.

--

Contenido patrocinado

Noticias relacionadas