La tecnología, y en particular la inteligencia artificial, será la protagonista del sector del marketing, la publicidad y la comunicación en el año 2024, según las previsiones de los expertos. El sector experimentará un crecimiento del 8,2% a nivel global y superará el billón de dólares de inversión, impulsado por eventos como los Juegos Olímpicos de París y las elecciones presidenciales de Estados Unidos, entre otros.
Sin embargo, la incertidumbre geopolítica y la velocidad de los cambios también condicionarán el futuro de la industria. La IA generativa, que permite crear contenidos a partir de algoritmos, será una de las tendencias clave que marcarán la diferencia en el sector, según Marina Specht, CEO de McCann Worldgroup en España, una de las voces especializadas en el mundo del marketing y la publicidad.
Optimización artificial
Specht afirma que la IA generativa se aplicará tanto para optimizar los procesos operativos de las agencias y los departamentos de marketing, como para mejorar las capacidades y el valor añadido que se ofrece a los clientes y a los consumidores. En McCann Worldgroup, asegura, ya están plenamente inmersos en la adopción de esta herramienta.
Specht también destaca el papel de la creatividad, que se verá reforzada en 2024, con un mayor enfoque en la construcción de marcas sólidas, que generen reputación, fidelidad y propósito. Estos aspectos serán clave para atraer no solo a los consumidores, especialmente a la generación Z, sino también al talento joven, que busca experiencias relevantes e inspiradoras en el mundo del trabajo.
El marketing de 'Barbie'
El marketing de contenidos seguirá creciendo y se verán nuevas colaboraciones entre la industria del entretenimiento y las marcas, como la película Barbie, uno de los casos de marketing más exitosos de 2023. El reclutamiento de talento será otro de los desafíos del sector en 2024, ante la escasez que se percibe en el mercado.
Specht considera que el talento debe ser el motor de la industria creativa, y que el reto es doble: por un lado, aprovechar al máximo las herramientas tecnológicas y transformar los procesos de trabajo, que en algunos casos son obsoletos; y por otro, adaptarse al momento de humanización de la tecnología y de vuelta a la creatividad, ofreciendo una propuesta de valor renovada para el entorno laboral post-pandémico.