Para todos aquellos interesados en comprar acciones en el mercado estadounidense es muy importante que conozcan este grupo de siete acciones tecnológicas y el motivo por el que se las ha bautizado como en la película ‘Los siete magníficos’ de 1960, con su nueva versión en 2016. No, no han sido muy originales. En inglés, de hecho, se denominan ‘The magnificent seven’.
Si quiero comprar acciones, ¿por qué debería conocer esta lista? Porque los valores que la conforman llevan recibiendo el apoyo de los analistas mucho tiempo (100% de recomendaciones de comprar, según los analistas que recoge la plataforma Bloomberg como en el caso de Nvidia antes de sus resultados de noviembre).
La lista la forman Alphabet, Amazon, Apple, Meta, Microsoft, Nvidia y Tesla, seis valores tecnológicos y uno más innovador, aunque dentro de la industria del automóvil. No es muy diferente a la que se creó con los FAANG, pues sólo se cae Netflix y se incorporan Nvidia y Tesla. Bueno, y que Facebook se llama ahora Meta.
Sus orígenes
Tanto fue el tirón de las FANG/FAANG que se crearon índices de referencia para los inversores que tuvieron continuación con otros derivados como las FAANG plus que incluía también a otras tecnológicas como Twitter, Alibaba, Tesla o Baidu.
A Jim Cramer, un personaje (analistas, periodista y comunicador) de la cadena de televisión estadounidense CNBC, se le atribuye la creación del acrónimo original FANG en 2013, cuando recomendó cuatro valores tecnológicos de alto crecimiento: Facebook, Amazon, Netflix y Google. El equipo se amplió a FAANG en 2017, cuando Cramer añadió Apple.
Reajustes en la lista
Por desgracia, una combinación de tipos de interés al alza, la saturación del mercado, el aumento de la competencia y un reajuste en las valoraciones de los valores tecnológicos cambiaron el cuento para las FAANG en 2023. Netflix se ha visto especialmente afectada, y la empresa ha quedado rezagada con respecto a sus pares en términos de crecimiento y protagonismo. FAANG perdió su "G" en 2015 y su "F" en 2021. Google y Facebook se rebautizaron como Alphabet y Meta Platforms, respectivamente, como dijimos antes.
El entorno cambiante ha llevado a Cramer y a otros inversores en tecnología a defender un nuevo acrónimo para los principales valores tecnológicos. Mientras que la capitalización bursátil de Netflix se ha desplomado hasta apenas 130.000 millones de dólares, el gigante del software y los servicios en la nube Microsoft ha crecido hasta alcanzar una valoración de más de un billón de dólares.
Adiós al acrónimo
Tras expulsar a Netflix de las FAANG, sustituirla por Microsoft y ajustar los cambios de nombre corporativo, Cramer ha estado promocionando un nuevo acrónimo: MAMAA por Meta, Amazon, Microsoft, Apple y Alphabet.
Pero no ha triunfado. Al mercado le ha hecho más gracia la denominación de los Siete Magníficos y eso es porque este grupo de empresas ha batido al mercado, no se ha destacado sólo por liderar al sector tecnológico como antes.
De FAANG a MAMAA y, ahora, a los Siete Magníficos
La clave de por qué se habla ahora de los Siete Magníficos es que el porcentaje de beneficios del índice estadounidense S&P 500 (menos dividendos) logrado en lo que llevamos de 2023 por este grupo de acciones es del 86%, a pesar de que no representan más que el 27% del índice.
Estos grandes nombres tecnológicos (más Tesla) han sido los principales responsables del avance de la bolsa de Estados Unidos y han defendido a Wall Street de los ataques que amenazaban con hacerlo descarrilar, como el endurecimiento monetario por parte de la Reserva Federal, la crisis de los bancos regionales al principio del año, el frenazo brutal del mercado inmobiliario y la actividad manufacturera, o las tensiones geopolíticas, entre otras causas.
Por ese motivo, ahora que termina el año y muchos inversores se apresuran a comprar acciones para configurar sus carteras de renta variable para 2024, algunos analistas se preguntan si estos siete valores pueden todavía seguir preservando la buena salud de la bolsa. Vamos, que si todavía están a tiempo de comprar acciones de estas empresas y no estrellarse en el corto o medio plazo.
Búsqueda de seguridad
Lo cierto es que estos valores estaban mejor cuando empezaba el año y todavía eran parte de esos FAANG. Se beneficiaban entonces de un punto de entrada ideal tras un año 2022 desastroso en el que habían perdido entre un 26% como Apple y un 65%, como Tesla, un verdadero annus horribilis que había minado enormemente las valoraciones, haciéndolas especialmente atractivas.
Pues bien, ese ya no es el caso en estos momentos. En noviembre de 2023, la ratio PER de los siete magníficos es 1,7 veces más alto que la mediana del índice S&P 500; esto es, de las empresas que lo forman, una cifra muy por encima de la tendencia histórica. Sin embargo, esta observación cambia si se considera la ratio PEG (price-earnings to growth).
De acuerdo con esta otra ratio, que ajusta el PER por la tasa de crecimiento de los beneficios previstos a lo largo de varios ejercicios, y que resulta vital para poder valorar una empresa antes de comprar acciones, los siete magníficos no presentan ningún exceso de valoración frente al resto del mercado estadounidense, contrariamente a lo que sucedía a finales de 2021, por ejemplo.
¿Cómo pueden estar todavía a buen precio?
Los Siete Magníficos todavía muestran buena cara porque las previsiones de crecimiento de beneficios de estos valores no han dejado de recibir revisiones al alza por parte de los analistas durante los últimos meses. A punto de terminar la temporada de resultados en el índice S&P 500 correspondiente al tercer trimestre del año, apenas se han revisado al alza las expectativas de beneficios a doce meses unos pocos puntos porcentuales. En cambio, las expectativas de los Siete Magníficos han subido un 70% ¿Por qué los inversores se dedicaban a comprar acciones de estas empresas? Pues porque generaban un optimismo claro cada vez que presentaban resultados y el mercado y los expertos los valoraban.
Recordemos que el mercado no vive de los datos confirmados o presentes, sino de las expectativas futuras. Los inversores no se dedicaban a comprar acciones de los Siete Magníficos por sus buenos resultados, que los eran, sino porque a pesar de los pesares en los mercados, seguían ofreciendo expectativas de crecimiento del beneficio por encima de otras cotizadas en ese mismo mercado. Digamos que algunos inversores compraban con los resultados mientras que otros, más avezados, compraban con las expectativas de beneficio futuro. Por ese motivo, existe optimismo con los Siete Magníficos, porque no sólo están siendo capaces de conseguir los resultados previstos, sino que sus expectativas futuras no empeoran.
La pregunta entonces es ¿hasta cuándo podrán batir al mercado confirmando sus buenos resultados y confirmando unas expectativas mejores? Las subidas en los tipos de interés llegan a su fin, la persistente inflación empieza a ceder, el conflicto en Israel se mantiene local, entre otros factores a tener en cuenta. Año nuevo, factores nuevos para los mercados, como una posible ralentización económica más o menos fuerte, o una recesión.
¿Y si llega la recesión?
Comprar acciones está bien cuando el mercado fluye en esa dirección, pero no tanto cuando soplan vientos de cara. La reciente debilidad del dólar estadounidense, la mejoría del oro y la caída de las rentabilidades de la deuda estadounidense apuntan a una dirección cuanto menos curiosa: malas noticias para la economía pueden ser buenas noticias para las empresas cotizadas… si no llegamos a una recesión, claro.
Y si hablamos de comprar acciones de los Siete Magníficos no podemos olvidarnos de que sus posiciones de liderazgo, sus enormes reservas de tesorería y su capacidad de innovación constituyen elementos de protección, pero tampoco conviene obviar que sus actividades subyacentes presentan un carácter eminentemente cíclico.
Por ejemplo, la publicidad –una actividad importante para Meta y Alphabet, así como los servicios a empresas, sobre todo en la nube –algo que afecta a Alphabet, Amazon y Microsoft– son muy dependientes de la inversión de las empresas, y ésta tiende a frenarse en periodos de recesión.
Lo mismo podemos decir sobre el consumo discrecional de los hogares, del que dependen en parte Apple, Tesla y Amazon. En el caso del mercado de los semiconductores, al que Nvidia está directamente expuesta, el cariz cíclico es aún más evidente.
Así, parece poco probable que los siete magníficos no se vean afectados por un eventual episodio de recesión. Evidentemente, no se pondrá en tela de juicio su solidez y es preciso recordar que, desde hace varios años, estos valores han batido a menudo las previsiones, incluso cuando eran elevadas.
Por lo tanto, antes de comprar acciones de este grupo de empresas conviene recordar y valorar que las elevadísimas expectativas que generan estas empresas les hacen especialmente sensibles ante una sorpresa negativa del tipo recesión económica, por lo que puede ser conveniente diversificar fuera de este grupo de compañías.
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