Las obras del nuevo pabellón de la Fira de Barcelona en L'Hospitalet de Llobregat ya han arrancado. Realmente empezaron hace meses, con los trabajos de derribo y cimentación de los terrenos donde se ubicará el llamado pabellón Zero, que ampliará la superficie bruta expositiva de la Fira hasta los 300.000 metros cuadrados, un 25% más que su espacio actual.
Pero este lunes se ha puesto la primera piedra del futuro edificio en presencia del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès; el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni; la alcaldesa de L'Hospitalet de Llobregat, Núria Marín; la presidenta de la Diputación de Barcelona, Lluïsa Moret, y los presidentes de la Cámara de Comercio de Barcelona y la Fira de Barcelona, Josep Santacreu y Pau Relat, respectivamente.
Un cierre de filas de la clase política entorno a uno de los grandes proyectos de la Ciudad Condal que debe servir para dinamizar la economía local y autonómica. Esta unidad de acción contrasta con las turbulencias vividas en la Fira de Barcelona durante el último año, el más importante de ellos el bloqueo de la renovación de su consejo de administración.
"Jugar en la primera división"
El ensanchamiento del recinto de L'Hospitalet se anunció en 2019 con la voluntad de convertir la Fira en un imán de salones europeos y mundiales. Se alumbró esta idea tras el éxito del Mobile World Congress (MWC), que probó la capacidad de la capital catalana para celebrar ferias de primer nivel.
"Queremos jugar en la primera división", ha expresado la alcaldesa de L'Hospitalet de Llobregat, quien ha reconocido que la operación sufrió un parón debido a la pandemia del Covid. A este frenazo se ha sumado ahora la enorme complejidad del proyecto, según informó este medio, que podría atrasar el plazo de inauguración previsto por la entidad para 2026.
Proyección global
La iniciativa constituye el principal objetivo de la institución presidida por Pau Relat y dirigida por Constantí Serrallonga, que ya ha empezado a dar sus frutos con la captura de congresos internacionales como ICE-iGB y Labelexpo Europe.
De su lado, el president Aragonès ha dicho que el nuevo complejo podrá acoger infraestructuras tecnológicas cercanas, como el Sincrotrón Alba o el superordenador MareNostrum, y ha añadido que las expos del futuro versarán sobre sectores que "aún no podemos imaginar".
Inversión de 500 millones
El pabellón Zero, cuya construcción tiene una inversión de 498 millones de euros y depende de la empresa pública Fira 2000, sumará 60.000 metros cuadrados al actual recinto con dos plantas de superficie expositiva.
También se levantará una torre de oficinas propiedad de la Generalitat que acogerá 1.200 trabajadores públicos, como informó la semana pasada el Departamento de Economía.
Zonas del nuevo pabellón
El edificio se organizará en tres partes. La primera será la zona de acceso y el vestíbulo, donde además habrá un centro de congresos y zonas con salas de reuniones vinculadas al uso final. También formará parte de esta área la torre de oficinas de la Generalitat.
La segunda zona será el pabellón expositivo y, en la parte posterior del inmueble, se ubicará el tercer bloque del edificio, un muelle de carga subterráneo con uso de aparcamiento y almacenaje.
Dudas sobre el calendario
Pero este gran proyecto da el primer paso entre interrogantes. Como publicó este medio, las tensiones del mercado inmobiliario y la envergadura de la operación arrojan dudas sobre el calendario que maneja la Fira, que pretende inaugurar el espacio dentro de tres años.
Para 2029 se prevé la reforma del otro gran recinto ferial de Montjuïc en la plaza España de Barcelona. El tándem entre ambos espacios es clave para cumplir los objetivos estratégicos planeados por Relat y Serrallonga.
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