El 35,5% de las personas mayores tiene dificultades para usar un cajero automático. Es una de las principales conclusiones de un estudio presentado en el congreso de Asufin, que ha prestado por segundo año consecutivo especial atención a la exclusión financiera.
Además, el 88,8% de los ancianos declara que en las sucursales se les deriva a los cajeros cuando acuden a las ventanillas. Sin embargo, en un 72,10% de los casos el mayor recibe acompañamiento del personal de la oficina bancaria. Son datos preocupantes recopilados un año después de las medidas tomadas por las entidades de crédito para intentar cerrar la brecha financiera.
Apps versus libretas
Aunque hay un aspecto en que se registran mejoras: el desarrollo de apps más intuitivas y fáciles de manejar. El 40,1% de entrevistados observa mejoras en estas herramientas, lo que supone prácticamente doblar el resultado del año anterior.
El porcentaje de mayores que ya usa apps se sitúa en el 40,2%, si bien el 33,2% sigue actualizando sus movimientos bancarios a través de la libreta. El conjunto de la sociedad emplea estas aplicaciones mayoritariamente para consultar movimientos o pagos. Tan solo el 34% usa apps para gestionar su ahorro o inversión y el 27,8% para contratar productos.
Mayor desconfianza
Por lo que se refiere a la digitalización en términos generales, cuatro de cada diez españoles no cree que los recursos tecnológicos estén ayudando en la gestión de sus finanzas personales.
Por otro lado, hay mayor desconfianza de los clientes ante la cesión de información, especialmente a empresas tecnológicas, que sube más de tres puntos en comparación al año pasado.