El beneficio de Cementos Molins hasta septiembre ha crecido un 38% para alcanzar los 124 millones de euros, con cifras de ventas de 1.079 millones de euros, lo que supone una mejora del 13% frente al periodo comparable de 2022.
Una de claves del periodo ha sido la evolución del beneficio bruto de explotación (Ebitda), que alcanzó 278 millones de euros, un 33% más, gracias a los incrementos de volumen, la mejora de los precios de venta y los resultados positivos del plan de eficiencia de costes, que han compensado el efecto negativo de los tipos de cambio.
Efecto base de 2022
El desempeño de Cementos Molins también ha sido capaz de paliar las consecuencias de la ralentización de la actividad, plasmada especialmente en los dos últimos trimestres, aunque de forma desigual en las distintas áreas geográficas donde opera el grupo.
La evolución del resultado neto también se explica por las cifras anormalmente bajas que se registraron en 2022 por el impacto de la desaceleración económica, los problemas en la cadena de suministros y el fuerte incremento de los costes.
Saneada para crecer
Como consecuencia de la positiva progresión desde que se inició 2023, el margen de Ebitda se ha elevado algo más de cuatro puntos, hasta el 25,8%, con lo que recupera buena parte del terreno cedido durante el ejercicio precedente.
La deuda financiera neta disminuyó para situarse en 34 millones de euros, con una ratio respecto al Ebitda de sólo 0,1 veces. Cementos Molins estima que esta variable dota a la empresa de gran capacidad para crecer y ejecutar las inversiones previstas en su plan de sostenibilidad con el horizonte de 2030.