Los más de 700.000 trabajadores de la industria química tendrán una cuesta de enero más plácida que el resto. Según el convenio del sector, de ámbito nacional, a principios del próximo año se deben actualizar las tablas salariales de acuerdo con una cláusula de revisión vinculada al IPC pactada en el último marco laboral 2021-23.
Según fuentes sindicales, esto supondría un incremento directo de entre el 10% y el 11,5%. La cifra definitiva se conocerá al cerrar los meses que quedan hasta final de 2023 y resulta del diferencial entre las alzas de los últimos tres ejercicios del IPC y las subidas pactadas en el último trienio (1%, 2% y 2%).
Nervios sí; conflicto, no
A diferencia de lo ocurrido en otros sectores como el poderoso metal de Barcelona, donde la repercusión de la inflación en las tablas salariales desató una pugna judicial, la mayoría de interlocutores sondeados por Crónica Global alejan la sombra de conflicto en la industria. Representantes sindicales manifiestan que las patronales han trasladado su voluntad de cumplir a rajatabla con lo pactado.
No esconden que pueden darse casos particulares en los que se intente retrasar esta subida automática. Pero consideran que la mayoría de ámbitos, desde el caucho y el plástico hasta las farmacéuticas, han capeado ya la crisis derivada del encarecimiento de las materias primas y la energía y la incertidumbre geopolítica.
Por tanto, puede haber "nervios" en algunas empresas, pero no se espera una fuerte conflictividad. De todos modos, los sindicatos se abren a cierta flexibilidad. "No estamos locos", señala un representante ugetista contactado por este medio. "Si hay empresas que tienen dificultades y se demuestra así, lo hablaremos", añade.
Posicionamiento patronal
Por su parte, el posicionamiento de la AEQT, que representa a las empresas del importante polo químico de Tarragona, es tajante: "Las empresas del sector químico de Tarragona que aplican el convenio general de la industria química van a cumplir, como siempre han hecho, hasta el último término con lo pactado en el XX Convenio, firmado en mayo de 2021". Aunque añaden que "sin perjuicio de la posibilidad que tienen las empresas, en las que concurran causas económicas, de acudir al procedimiento de inaplicación de condiciones (descuelgue)".
Esta última precisión es importante. En función de la evolución del cierre del año, algunas corporaciones pueden atravesar problemas de tesorería que dificulten su compromiso. Pero deben ser dificultades económicas, no organizativas o productivas. Por el momento, cunde la tranquilidad entre todos los actores implicados que, además, deben abrir la renegociación del convenio del sector a la vuelta de Navidades.