La industria biotecnológica española se reúne en Barcelona. La patronal Asebio ha trasladado el congreso Biospain al recinto ferial de la capital catalana en un momento delicado para el sector. La complicada coyuntura económica, sumada a las nuevas reglas del juego que se definen en Europa, dibujan un escenario complejo para uno de los nuevos motores de la economía nacional.

En 2022, las biotechs patrias ingresaron casi 11.200 millones de euros, lo que representa un 1% del Producto Interior Bruto (PIB), y aportaron un impacto fiscal superior a 4.500 millones. Actualmente, España es la octava potencia biotecnológica mundial y el décimo país en solicitudes de patentes a escala europea.

Cifras que dan prueba de la resistencia del ecosistema español. "El sector es resiliente y ha alcanzado su madurez. Además, nos ayuda el camino tomado por la Unión Europea en busca de la soberanía tecnológica y científica", ha comentado Robert Fabregat, director de Biocat.



'Networking' de primera

Esta fortaleza contrasta con los retos que afrontan las empresas. "Estamos ante un momento de cambio regulatorio, con nuevas leyes en la UE como la relacionada con CRISPR [una técnica de edición genética] y las farmacéuticas, y de cierto enlentecimiento en la capacidad de levantar capital", ha reconocido Ion Arocena, director de Asebio. Este ejercicio, se estima que las biotecnológicas cierren el año con menos financiación que en 2022.

En paralelo, Arocena ha puesto en valor la fortaleza del certamen, que este año alcanza su vigésimo aniversario y recupera la plena presencialidad. "Si hace veinte años éramos 50 empresas, ahora somos 900", ha señalado. El salón ha reunido a más de 2.000 asistentes, muchos de ellos extranjeros, en su sesión inaugural. Un escenario ideal para el networking. En solo tres días se celebrarán 4.700 encuentros profesionales en las decenas de cabinas dispuestas al efecto.

El 'stand' de Almirall en Biospain 2023 CG Barcelona

Soluciones sofisticadas

El congreso organizado por Asebio, además, sirve de punto de unión entre grandes y pequeños. Junto a AlmirallGrifols y Klinea, las startups y empresas medianas han exhibido sus soluciones en busca de oportunidades de negocio. Un ejemplo de ello es Eyown, una compañía madrileña especializada en la automatización de procesos para laboratorios y en la gestión de plataformas robotizadas.

Pero también han acudido empresas consolidadas como el gigante Azenta, cuyos productos para el almacenamiento y gestión de muestras son líderes en su segmento y se distribuyen en España a través de Izasa, filial del grupo Werfen.

Una empresa expone sus productos en Biospain CG Barcelona

Klinea se estrena

"Es la primera vez que estamos en Biospain. Hemos querido venir porque se está convirtiendo en un evento de networking bastante grande donde están presentes la mayoría de farmas y biotechs y vienen muchos potenciales clientes", ha explicado Ermelinda Tinetti, regional sales manager en España, Italia, Portugal, los Balcanes y el norte de África.

La misma sensación cunde en la catalana Klinea, uno de los partners premium del certamen. La consultora, especializada en el diseño y construcción de instalaciones para la industria biofarmacéutica, se ha estrenado en la feria por todo lo alto. "Hace cuatro años apostamos mucho para entrar en el sector y nos ha funcionado bien. Somos la ingeniería líder en España, nos hemos consolidado y no podíamos dejar de estar en este congreso", ha explicado Eloi Barceló, uno de sus directivos.

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