El desenlace del 28M gravita sobre otro proceso electoral: la renovación de las 13 cámaras de comercio catalanas que se llevará a cabo a la vuelta del verano. En la carrera por controlar estos nodos de influencia económica, la Cámara de Barcelona se presenta como el trofeo de caza mayor de los aspirantes.
Sobre la mesa se plantean dos tickets mayoritarios más allá de los candidatos individuales que opten a los distintos epígrafes económicos que dan derecho a un miembro del pleno. Por un lado, un grupo organizado en torno al exdirector del DKV Josep Santacreu, promovido por el empresariado afín a Femcat y al que se ubica en la órbita de ERC. Por otro, la lista de Eines de País orquestada por la ANC y próxima a Junts que en 2019 se hizo con la entidad barcelonesa. Por otro lado, no se prevé que Carles Tusquets vuelva a concurrir pese al capital personal acumulado por su batalla judicial contra las irregularidades que marcaron los últimos comicios camerales en Barcelona.
El 28M trae cola
La confección de estas candidaturas lleva cociéndose desde hace meses, aunque aún no se han desvelado en detalle pese a que el próximo miércoles, 7 de junio, termina el plazo para formalizar las candidaturas. Pero los comicios municipales han cortocircuitado los planes de los competidores.
Las fuentes empresariales consultadas apuntan que ambos colectivos revalúan sus estrategias y, sobre todo, sus alianzas tras el descalabro de ERC y la victoria del PSC en las urnas. El visto bueno de Feijóo por buena parte del patriciado en las recientes jornadas del Círculo de Economía, máxime ante el vuelco que pueda darse en España en las próximas elecciones generales, también influye en el ánimo de los concurrentes.
¿Menos partidismo?
En parte, la tardanza en oficializar las plataformas y, lo que es más importante, sus equipos --Eines de País aún no ha dado a conocer a su cabeza de cartel en Barcelona, aunque se barajan los nombres de Antoni Fitó, Joan Canadell y Mònica Roca, actual presidenta de la entidad de dinamización empresarial local-- se ha debido precisamente a esta necesidad de despejar el horizonte institucional.
Hay un pensamiento compartido: pese a la sensibilidad nacionalista de ambos grupos, escorados en un caso hacia los republicanos y en el otro hacia los posconvergentes, el futuro escenario político obliga a aligerar el peso de las afinidades partidistas. No se quiere acudir a las urnas con la impresión de respaldar unas siglas en concreto, señalan estos interlocutores, sino con una vitola de transversalidad pese al sesgo independentista de ambos contendientes.
Nuevas vocalías por sufragio
Máxime cuando la reducción de las autodenominadas sillas de plata --las grandes corporaciones que hasta ahora se aseguraban un puesto en el pleno gracias a sus aportaciones económicas-- ha incrementado el número de epígrafes empresariales elegidos por sufragio. Se pasa de 40 a 52.
Hay que tener en cuenta que los votantes de las elecciones a cámaras son todos aquellos autónomos y empresas que ejerzan actividades económicas en el territorio de cada corporación y estén incluidos en su censo electoral. Sin mayores requisitos.
Incertidumbre
Este hecho agranda la bolsa de electores en comparación con los comicios de patronales y sindicatos, donde la participación está supeditada a la afiliación, y añade un plus de incertidumbre al proceso, maximizado por las 12 vocalías de nuevo cuño. Por cierto, esta vez se ha prohibido el voto delegado y se ha reforzado el sistema de votación electrónica, que además ha cambiado de proveedor para ser implementado por Indra.
Por otro lado, Foment del Treball y Pimec no han mostrado aún todas sus cartas. Interlocutores de ambas patronales apuntan que se fomentará la participación de sus asociados pero que, como tales instituciones, no se posicionarán a favor ni en contra de ninguna opción.
Foment y Pimec
Si bien no ha pasado desapercibido que la patronal liderada por Josep Sánchez Llibre contará esta semana con Fitó para presentar un manifiesto en defensa de la candidatura catalana del trofeo de golf Ryder Cup. Aunque la irrupción de la ANC menoscabó las relaciones entre Foment y la Cambra --la patronal llegó a ganar un juicio a la asociación separatista por su campaña de boicot empresarial--, la situación se ha reconducido hacia un marco de colaboración mutua.
Por lo demás, Foment y Pimec tampoco parece que vayan a pactar una lista única para elegir a los representantes que corresponden por ley a las organizaciones empresariales.