“Las sociedades europeas han descubierto que sin Defensa no hay educación, no hay sanidad, no hay actividad económica, no hay democracia posible… sin Defensa no hay nada”. Las palabras de Marc Murtra, presidente de Indra, uno de los referentes del sector en Europa y ya en todo el planeta, están cada vez más presentes en un segmento de negocio pujante, en pleno auge, al que la invasión rusa de Ucrania ha terminado por poner bajo el foco de Occidente.
Sin duda, la guerra que hace más de un año avergüenza y mantiene en vilo a toda Europa y buena parte del mundo está muy presente en la Feria Internacional de Defensa de España (Feindef), que cumple en 2023 su tercera edición, pero que ya ha sido capaz de situarse entre las primeras del Viejo Continente y cuenta con la participación de más de 400 empresas, organismos y Administraciones Públicas.
Peso creciente
Precisamente, éste ha sido el otro aspecto llamativo de esta edición, que vuelve a tener como escenario Ifema Madrid: el creciente número de compañías que tienen novedades que aportar al mercado, especialmente entre las startups, cuyo peso en la industria se ha multiplicado de forma exponencial.
Tanto es así, que una de las grandes novedades del certamen es el denominado espacio Innova for Def & Sec, donde decenas de pequeñas sociedades surgidas del emprendimiento particular muestran avances, mayoritariamente relacionados con la tecnología, que en muchas ocasiones pasan desapercibidos para la vista del más curioso.
Resulta tan imposible disociar ya ambos mundos que un buen número de espacios de Feindef 2023 podrían confundirse con los de un evento como el Mobile World Congress (MWC).
“En realidad, aquí está la tecnología más puntera del planeta actualmente, el trabajo de los ingenieros más brillantes y preparados del mundo. Muchos de sus avances se aplican después a los usos que nos resultan más familiares porque se incorporan a la electrónica de consumo”, señalan a Crónica Global desde la organización de Feindef.
Uno de los ejemplos más ilustrativos del papel de las startups en un segmento tan complejo es el de Orbital Critical Systems. Sin duda, puede presumir de que su tecnología ha sido la que más lejos ha viajado: nada menos que desde Pamplona, donde fue fundada… hasta Marte.
Con oficinas abiertas en Madrid y Alemania y ya parte del grupo Construcción y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF), Orbital se inició como startup en el diseño y fabricación de los denominados sistemas críticos para aviación, es decir, aquéllos destinados a que no haya incidencias en el trayecto. Orbital forma parte de realidades como el A400 de Airbus, el mayor avión comercial del mundo. Y llamó la atención de la NASA para que sus componentes formen parte del vehículo enviado a Marte en busca de valiosísima información sobre el Planeta Rojo.
Proyectos como los de Orbital comparten protagonismo con lo último en carros de combate, que presentan sus modelos en estado impoluto, como si del más lujoso salón automovilístico se tratase. Entre todos, el nombre de moda es el de Escribano. La compañía de los hermanos que le dan nombre ha saltado a las primeras páginas de la prensa económica al anunciar la compra de un 3% del capital de Indra.
Sin embargo, ha sido una de esas empresas del sector a la que la guerra de Ucrania ha terminado por poner en el mapa. Junto a Expal, Escribano ha sido la responsable de fabricar el lanzacohetes que España ha enviado al ejército ucraniano para defenderse de la ofensiva rusa.
No es el único vehículo de este tipo que se exhibe en Feindef. El ya célebre Himars, de la armada estadounidense, que también se encuentra desde hace tiempo en territorio de conflicto, también puede apreciarse desde todos los ángulos posibles, y flanqueado como corresponde por marines norteamericanos.
Un espectacular radar que Indra fabrica para la OTAN es la principal atracción de uno de los alma mater de Feindef, inaugurada este miércoles por la ministra de Defensa, Margarita Robles, y uno de sus antecesores y actual presidente de la Fundación Feindef, Julián García Vargas.
Indra es el representante de España en el programa FCAS, que desarrolla aviones de combate junto a Francia (de la mano de Dassault) y Alemania (con Airbus). Murtra destaca que FCAS es un ejemplo de la necesidad actual de aunar esfuerzos ante la imposibilidad de un sólo país de asumir las inversiones tan costosas que suponen en la actualidad los sistemas de Defensa.
“Sucede igual que los avances tecnológicos, por eso han surgido tantas startups y se han enfocado de forma radical en Defensa, que era un sector al que ni se acercaban hace apenas unos años”, explican desde Feindef. “Era un entorno muy hostil para ellos y ahora, en cambio, cada vez es más difícil disociarlos”.
Los responsables de la feria avalan el alegato de Murtra a favor de la independencia tecnológica. “A medida que la tecnología se sofistica, la dependencia del exterior se amplía. En la actualidad, somos muy dependientes en aspectos como la nube y la inteligencia artificial y en sectores como el de semiconductores. Y eso nos hace depender de terceros países cuyos intereses geoestratégicos no tienen por qué coincidir con los nuestros”.
“Es casi una obsesión; hasta aquí han llegado numerosos representantes de ejércitos que buscan avanzar en ser cada vez menos dependientes tecnológicamente, lo que hará más fuerte su capacidad para defenderse”, apuntan en Feindef.