El ocio nocturno catalán llama a no criminalizar el sector tras un acto vecinal en Barcelona que pidió mano dura contra el ruido. Fecalon ha alertado de que "cada local cerrado significa más fiesta en la calle" y ha aportado una solución: ahondar en los convenios con los residentes que permiten encauzar los problemas sonométricos en los puntos calientes de la Ciudad Condal.
En conversación con este medio, Fernando Martínez, secretario general del ente empresarial, ha apremiado a las asociaciones vecinales a "no castigar una industria que está en franco decrecimiento" por el cierre de establecimientos en los últimos años. El también abogado recuerda que "la solución no es clausurar negocios, sino negociar entre todas las partes para que algunas consecuencias de la operativa se encaucen adecuadamente".
Acuerdos con los vecinos
Ello se hace, recuerda Fecalon, por medio de los pactos con los vecinos en los puntos de concentración de locales de noche. "Se está trabajando con éxito en la calle Tuset, en Ciutat Vella y en el Frente Marítimo desde hace años", insiste Martínez. En ambos casos, los operadores se han corresponsabilizado del ruido en la calle además de la gestión de las instalaciones.
De hecho, Fecalon lleva semanas manteniendo reuniones con candidatos a las próximas elecciones municipales del 28 de mayo para abordar estos retos.
"Plan director"
Uno de ellos, sino el mayor, es la elaboración de un plan director del ocio nocturno en la capital catalana, documento que se encuentra en fase previa de redacción.
"Es necesario delimitar dónde y cómo operar locales, con un crecimiento ordenado, no abogar por su cierre", agrega el letrado. A este respecto, Martínez recuerda que en municipios como L'Hospitalet de Llobregat, con más de 260.000 habitantes, "apenas hay dos locales".
Acto de la FAVB
La valoración de la patronal llega horas después de que diversas asociaciones de vecinos, con el paraguas de la FAVB, se concentraran en la plaza George Orwell de Ciutat Vella para pedir políticas más duras contra el ruido.
Los activistas se centraron en dos aspectos: el tráfico y el ocio nocturno, sobre el cual indicaron que no se había trabajado, a diferencia del primero.