Seat, la empresa con más trabajadores de Cataluña, celebra elecciones sindicales el 26 de abril. Tras los cuatro años más complicados de la compañía, más de 13.000 empleados elegirán el próximo miércoles a los 117 delegados de los cinco centros de trabajo que la marca posee en la comunidad, siendo la fábrica de Martorell el mayor nodo laboral del grupo. A su vez, parte de estos delegados configurarán el comité intercentros, el máximo órgano de representación del personal.
Con el convenio colectivo recién pactado y el plan de electrificación encarrilado, la cita con las urnas se prevé plácida. El principal punto de interés estriba en si Matías Carnero, secretario general de UGT en Seat y copresidente del sindicato en Cataluña, revalidará la mayoría absoluta que esta organización obtuvo hace ocho años. Anteriormente, ocupó la presidencia del comité intercentros con mayoría simple O si, por el contrario, CCOO y CGT ganarán peso internamente.
Carnero saca pecho...
En 2019, las elecciones sindicales dieron 71 delegados a UGT, 34 a CCOO, 15 a CGT y uno a STS-USOC, en un proceso que tuvo una altísima participación del 81,21%. Un mapa casi calcado al de los comicios precedentes, excepto por el desplome de STS-USOC, que atestiguaron la solidez del liderazgo de Carnero. Pero los últimos cuatro ejercicios han sido un suplicio para Seat, primero por la pandemia del Covid-19 y luego por la crisis global de componentes, que ha llevado a declarar sucesivos ERTE.
En conversación con Crónica Global, Carnero saca pecho de las mejoras conseguidas tanto en el convenio de empresa aprobado en julio de 2022, con una subida salarial del 6,5%, como en el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) vigente que se alargará hasta junio. Pero su mandato ha estado marcado por las drásticas medidas de flexibilidad que han tenido que pelearse a fondo.
... y CCOO se reivindica
En esta etapa, Carnero ha sido la voz de la masa laboral, con un pie en Cataluña y otro en Alemania como miembro del consejo de supervisión de Volkswagen. Está por ver qué valoración hará la plantilla sobre la ejecutoria del ugetista. En su haber todavía hay otra baza: haber rubricado los distintos acuerdos sociales junto a CCOO, lo que ha elevado el consenso en el seno de la representación legal de los trabajadores.
Por tanto, "no se ha pasado el rodillo", sentencia Carnero. Pero en CCOO quieren marcar perfil propio. Pese a poner en valor los pactos alcanzados en un contexto complejo para la compañía, el secretario de CCOO en la empresa, Rafael Guerrero, se anota propuestas como la de aplicar un modelo de economía circular en las instalaciones de la automovilística en Zona Franca. Además, exhibe varias medidas en ámbitos como igualdad y formación que preocupan al staff.
CGT: "Somos la alternativa"
El tercero en liza es CGT. Los anarcosindicalistas se presentan como la "alternativa" a los sindicatos mayoritarios en Seat. Su portavoz, Paco Pozo, reivindica su fortaleza entre el "colectivo obrero de Martorell", la fábrica de vehículos más grande de España y donde estuvieron casi empatados con CCOO --pese a que UGT también ganó de largo--. "Es donde tenemos más fuerza, entre aquellos trabajadores que precisamente sufren la flexibilidad que tan fenomenal le va a la empresa", expresa.
Tanto a raíz de las negociaciones por el convenio, como este mismo año por el último ERTE, CGT ha intentado capitalizar el malestar en parte del personal con jornadas de huelga. La última de ellas cosechó un éxito modesto, nada comparable al que tuvieron algunos paros parciales de 2022. Quieren representar una voz crítica contra unos líderes de UGT y CCOO demasiado cercanos a la gerencia, argumenta Pozo.
Electrificación, objetivo común
Como proyecto empresarial, Seat llega en buen estado de revista a esta cita electoral. El grupo ha capeado el temporal con éxito, como demostró su vuelta a beneficios, y ahora se prepara para contratar a 1.000 extras. Pero tiene por delante el reto de pasar del fósil al eléctrico. En este desafío coinciden todas las voces consultadas. UGT, CCOO y CGT son conscientes de que la compañía se juega su lugar en el nuevo tablero mundial de la automoción.
El objetivo del grupo es fabricar solo vehículos eléctricos en Martorell a partir de 2026, lo que implicará el cese de 2.800 empleados innecesarios para montar los nuevos coches. El plan industrial está en marcha, pero cualquier imponderable, como ha sucedido con la guerra de Ucrania, puede recrudecer la conflictividad laboral. El próximo 26 de abril, los trabajadores elegirán a un capitán para trasladar su voz a la gerencia en esta fase de transición. Carnero tiene las de ganar, pero las urnas hablarán.