Más Europa y más negocio de pagos. Así será el Santander de los próximos años, en el que ha estado trabajando desde su aterrizaje como consejero delegado el antiguo hombre fuerte de la entidad en América, Héctor Grisi. El plan estratégico a tres años presentado este martes al mercado contempla cambios en la estructura de los resultados, que dejarán en el Viejo Continente la responsabilidad de lograr cuatro de cada diez euros de beneficio en 2025.
Una foto que dista de la que aparece en la última cuenta de resultados de la entidad, en la que la aportación del negocio en Europa a los resultados es de un tercio, con Latinoamérica inmediatamente a continuación (31%) y Norteamérica no demasiado lejos, en torno a una cuarta parte.
El gran objetivo global del plan es alcanzar una rentabilidad sobre activos tangibles (ROTE) de entre el 15% y el 17% en 2025. Para este fin, las cifras en torno al 9% que presenta actualmente el negocio europeo de Santander son un pesado lastre.
La prueba es que es el gran mercado del banco que contará con un mayor margen de mejora en este terreno. La hoja de ruta recién presentada a los inversores habla de un avance nada menos que de seis puntos en apenas tres años, hasta la meta del 15%, que también está asignada a Norteamérica y al negocio crédito al consumo digital.
Margen de mejora
Sin embargo, el camino a recorrer será más corto. En el primer caso, el ROTE ya cerró 2022 por encima del 11%; en el segundo, se aproximó al 14%.
Los esfuerzos se centrarán en Europa, que ya fue el principal foco de los planes de ahorro de costes que sirvieron de marco para el último ajuste de plantilla y de red de oficinas que la entidad llevó a cabo en España. El objetivo fue generar ahorros de unos 1.000 millones de euros al año y la mejora de la ratio de eficiencia, otra de las batallas de la entidad, de la que no ha podido salir victorioso en el último ejercicio, como consecuencia de una disparada inflación.
Minimizar riesgos
Latinoamérica seguirá como un pilar importante, incluso con el objetivo de ROTE más elevado, hasta el 19%. Pero el banco pretende que los beneficios de la entidad no dependan tanto de una región sometida a más riesgos asociados al tipo de cambio, el comportamiento de los precios e, incluso, la estabilidad política.
En su día, la apuesta por Grisi pudo llevar a pensar en un giro del banco hacia el continente americano, más incluso hacia Norteamérica. El ejecutivo hizo crecer al banco en México como nunca antes. Pero los planes a medio plazo transforman la actual aportación del 25% a los resultados a la parte alta de una horquilla cuyo extremo inferior se sitúa en el 20%.
El negocio del futuro
En cuanto a las áreas de negocio, la llamada a convertirse en la gran apuesta es la del sistema de pagos. Las expectativas pasan por que en 2025 ya sea capaz de aportar un 13% a los ingresos de la entidad, tres puntos por encima de la cifra actual.
Con estimaciones de crecimiento de transacciones con tarjetas a doble dígito en los próximos años, PagoNxt tiene como objetivo superar el 30% del margen de Ebitda para 2025.
Máximos desde mediados de 2019
Los planes han convencido plenamente al mercado, atraído también por el incremento del porcentaje de beneficios destinado a dividendo (‘pay-out’) hasta el 50%, desde el 40% actual, que incluye. Las acciones del banco subieron un 4,8% en la sesión del martes, con un avance paulatino a medida que se iban desgranando los detalles de la estrategia durante el Día del Inversor celebrado en Londres.
Santander cerró en sus máximos de los últimos tres años y medio, con una capitalización próxima a los 62.000 millones de euros. Aun es el valor financiero del Ibex 35 con una evolución menos positiva a corto y medio plazo. Pero ya presenta revalorizaciones superiores al 17% a tres años y del 31,5% en los últimos 12 meses.