Grifols registró un beneficio neto de 208 millones de euros en 2022, un 10,8% por encima del logrado el año anterior gracias al fuerte impulso de sus ingresos, que se elevaron hasta máximos históricos de 6.064 millones de euros.
No obstante, las cifras no han sido bien recibidas en el mercado, que castiga de nuevo a la acción con descensos superiores al 2% en una jornada con tono plano generalizado. Pese a los esfuerzos de la compañía por profundizar en el apalancamiento y la reducción que se ha producido en el mismo, éste se mantiene en una ratio deuda/Ebitda por encima de siete veces, muy lejos del objetivo de recortarlo al entorno de cuatro.
Impulso del plasma
La facturación recoge los efectos del incremento de volúmenes de plasma, que se han elevado un 25% respecto al año anterior y parecen haber dejado atrás el duro impacto de la pandemia.
Esta circunstancia ha elevado los ingresos de Biopharma un 20%, para superar la barrera de los 5.000 millones de euros.
Mejora del margen en 2023
Mientras, el beneficio bruto de explotación reportado se eleva a 1.198 millones de euros, con un margen del 21% sobre ingresos, gracias a la disciplina de costes que ha aplicado Grifols, pese a que aun pesa el impacto del elevado coste por litro del plasma.
Un aspecto que la compañía prevé mejorar en 2023, de acuerdo con las guías que ha facilitado al mercado y que pasan por elevar el Ebitda hasta los 1.700 millones de euros, con un margen de entre el 27% y el 28%.
Efectos del plan
Para lograr este objetivo, Grifols se apoyará en el plan de eficiencia aprobado recientemente por el consejo, que incluye una estimación de ahorro de costes anuales en torno a 400 millones de euros y un ajuste de plantilla de 2.300 personas, la mayoría en EEUU.
Mientras, la compañía se ha marcado también como objetivo un crecimiento de los ingresos de entre el 8% y el 10%.